Cambio climático también está afectando las poblaciones de moluscos, señala estudio

Según mediciones realizadas en la bahía de Maine, de 1997 a 2018, la población total de 3 especies de moluscos disminuyó un 50%

Investigadores detectaron una disminución importante de cinco especies de moluscos en la bahía de Maine debido a los efectos del cambio climático en el mar

Un nuevo estudio observó en la bahía de Maine, en Estados Unidos, la disminución de cinco especies de mejillones, percebes y caracoles, según datos recopilados durante dos décadas, en parte debido a los efectos del cambio climático. La disminución que se registró fue en algunos casos lenta, aunque en otras más acelerada.

Las aguas del golfo de Maine se están calentando a una mayor velocidad en comparación con otras zonas oceánicas alrededor de la Tierra. Además, conforme aumenta la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, aumenta también la absorción de este gas en las aguas marinas, provocando que bajen sus niveles de pH. Esta acidificación del mar, entre otras consecuencias, dificulta a los mariscos engrosar sus caparazones, su principal defensa contra los depredadores.

Al analizar las poblaciones de control utilizadas para otro experimento, los autores del estudio publicado en Communications Biology el 20 de octubre de 2020, observaron un declive no esperado en cinco especies de moluscos comunes: la lapa carey (Testudinalia testudinalis), el bígaro común (Littorina littorea), trompas de perro (Nucella lapillus), el mejillón azul (Mytilus edulis) y el percebe (Semibalanus balanoides).

Los investigadores encontraron, con abundantes datos de 1997 a 2018, que los mejillones jóvenes presentaban una disminución más pronunciada, de casi un 16% al año, comparado con las otras cuatro especies, con un ritmo de disminución de entre un 3% y un 5% anual. Durante este periodo de tiempo, el número total de T. testudinalis, L. littorea y N. lapillus disminuyó un 50%, declive descrito por los investigadores como preocupante.

Respecto al motivo de esta disminución, los investigadores encontraron que, en el caso de los mejillones y los bígaros comunes, esto se debió al aumento de las temperaturas del océano durante el verano; en el caso de T. testudinalis y N. lapillus, la disminución fue debido a aumentos en el estado de saturación de aragonito, una medida que sigue el pH del océano. Esto fue inesperado, pues niveles más bajos de saturación de aragonito están asociados con aguas oceánicas más ácidas, las cuales dificultan el engrosamiento de las conchas de los moluscos.

En el caso de los percebes, su disminución no corresponde con los cambios en la temperatura del océano, el pH o la saturación de aragonito, lo cual indica la existencia de otros factores en esta disminución. Estas especies son parte importante del ecosistema marino en Maine, y los investigadores reportan haber escuchado de otros científicos disminuciones similares en otras partes del Atlántico norte, por lo que este fenómeno puede no limitarse a la región costera de Maine.

La contaminación de los mares y el cambio climático también tienen un importante impacto en los arrecifes de corales, por lo que científicos han comenzado a desarrollar métodos como la impresión 3D para rehabilitar estos ecosistemas donde viven peces, moluscos, crustáceos, gusanos, equinodermos, esponjas, urocordados y algunos cnidarios. El aumento en la temperatura de la tierra, además, tiene entre sus consecuencias catastróficas el aumento del nivel del mar, con un aumento calculado en 38 cm para 2100 por el derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y Antártida.

Debido al fuerte impacto del aumento de la temperatura de los mares, que va desde la disminución de las poblaciones de moluscos hasta el derretimiento de las capas de hielo, es importante realizar estudios con el objetivo de llevar a cabo acciones mejor enfocadas para combatir efectivamente el cambio climático,