Bogotá,
Martín Olivera
Crédito foto: X @infopresidencia
Durante la Cumbre de Líderes del G20 en Río de Janeiro, Brasil, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, planteó reformas al sistema de gobernanza mundial. Entre sus propuestas, destacó la necesidad de eliminar el poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, un mecanismo exclusivo de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido.
"Ese cambio de gobernanza es fundamental para la construcción de una democracia global, y, sobre todo, para eliminar guerras, para eliminar el crecimiento del hambre y para garantizar la vida en el planeta Tierra", declaró Petro en su intervención.
Por el mes de febrero de este año, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Petro ya había señalado que "no es posible que hoy la inmensa mayoría de la humanidad vote contra la guerra y haya poder de veto de quienes tienen las armas".
El poder de veto es una facultad exclusiva de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: China, Estados Unidos, Rusia, Francia y Reino Unido. Este mecanismo fue establecido tras la Segunda Guerra Mundial y permite a cualquiera de estos países bloquear resoluciones del Consejo, independientemente del apoyo mayoritario.
De acuerdo con información de la ONU, el poder de veto ha sido ejercido en distintos momentos históricos, dependiendo de los intereses de los países miembros. Este mecanismo ha sido objeto de debates en la comunidad internacional por su impacto en la toma de decisiones.
Petro también planteó que las decisiones tomadas en las Conferencias de las Partes (COP) sobre cambio climático sean vinculantes. Según el mandatario, estas resoluciones deberían adoptarse por mayoría y tener carácter obligatorio para los países firmantes.
"Las COP climáticas deben ser vinculantes, es decir, que tomen decisiones obligatorias para los países, tomadas por votación mayoritaria", afirmó Petro.
En la COP29, celebrada actualmente en Azerbaiyán, Colombia presentó una propuesta que busca implementar un pacto de alivio de deuda a diez años. Según esta iniciativa, los países en desarrollo podrían destinar esos recursos a financiar la transición climática.
Las propuestas presentadas por Colombia durante el G-20 y la COP29 abordan temas relacionados con la estructura de las instituciones internacionales y la necesidad de adoptar medidas globales ante desafíos comunes. El debate sobre estas reformas sigue abierto en espacios multilaterales, con el objetivo de lograr acuerdos que permitan mejorar la gobernanza global.