Bogotá,
Noelia Acuña
Crédito foto: Presidencia Colombia
El retorno de la comunidad Emberá, que durante más de un año estuvo asentada en el Parque Nacional en el centro de Bogotá, marca un hito en el proceso de reubicación e integración de los pueblos indígenas en Colombia. Este encuentro, llevado a cabo con la colaboración de la Unidad para las Víctimas y el Ministerio del Interior, representa un importante avance en cuanto a los derechos y la dignidad de las comunidades afectadas por el desplazamiento forzado.
Asimismo, el regreso a los territorios ancestrales en el Alto Andágueda simboliza la restauración de identidad cultural y un esfuerzo concreto hacia la reparación de las víctimas del conflicto armado. En ese sentido, el domingo 8 de septiembre, más de 800 miembros de la comunidad Emberá comenzaron su regreso a sus tierras ancestrales en el Resguardo del Alto Andágueda. El sitio se encuentra entre los departamentos de Chocó y Risaralda.
Dicho proceso se completó exitosamente en la noche del 8 de septiembre de 2024 en el procedimiento de reubicación e integración de las familias Emberá. Ante ello, Lilia Solano, directora de la Unidad para las Víctimas, destacó el significado de esta actividad. "Este retorno reafirma el compromiso del Gobierno del Cambio con la dignidad y los derechos de las comunidades indígenas", señaló Solano.
"Retornar significa volver a la montaña, al agua, al río y a las familias. La Unidad para las Víctimas tiene el honor de acompañar a esta comunidad en un retorno con garantías de dignidad", afirmó Solano. El proceso implica el retorno de aproximadamente 270 hogares, equivalentes a unas 700 personas. Simultáneamente, más de 60 hogares, con cerca de 200 personas, fueron trasladados temporalmente a albergues en el sur de Bogotá con el apoyo de la Unidad para las Víctimas y del Distrito.
Por otro lado, a primera hora del domingo, nueve camiones partieron hacia Alto Andágueda cargados con los enseres de la comunidad Emberá. Aproximadamente 60 familias salieron hacia albergues temporales en Bogotá, mientras 20 autobuses transportaron al resto de la población indígena, mayoritariamente menores, adolescentes y mujeres, a su destino final. Las familias que decidieron aceptar el traslado temporal permanecerán en cuatro albergues en Bogotá. Dichos espacios ofrecerán condiciones adecuadas durante un período estimado de dos meses, en tanto se define su destino definitivo, refirió el Gobierno en un comunicado.
No obstante, el albergue Fundines, en Ciudad Jardín, fue habilitado para acoger a 41 personas organizadas en 10 familias. La directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, destacó el trabajo coordinado con diversas entidades gubernamentales y el Distrito. "Nos hemos ajustado y organizado para asegurar que el retorno y la reubicación se llevaran a cabo en coordinación con el Distrito y a nivel nacional, incluyendo los ministerios de Vivienda, Salud y Educación", señaló.