Bogotá,
Axel Olivares
Crédito foto: X @acadcienciacol
Fernando Trujillo es un colombiano de 56 años cuya pasión por la naturaleza lo llevaron a crear en 1991 la Fundación Omacha con el objetivo de defender la biodiversidad de la Amazonía frente a constantes amenazas, tales como la deforestación, la minería ilegal y el cambio climático. Trujillo lleva 37 años estudiando el Amazonas y luchando por conservar la fauna local y, particularmente, los delfines rosados. Esta semana, se convirtió en el primer latino en ser nombrado "Explorador del año" por National Geographic, un reconocimiento a quienes se dedican a solucionar problemas críticos del planeta e inspiran a otros a seguir el mismo camino.
Su primer encuentro con delfines fue cuando Trujillo estudiaba biología marina en Colombia y una expedición científica llevó a varios delfines amazónicos a Bogotá para realizar estudios de su corazón. Luego, con 19 años, viajó junto a dos compañeros a la selva en Leticia, en el sur de Colombia en el límite con Brasil y Perú, para ver a los delfines en su hábitat natural.
Trujillo se instaló en las comunidades indígenas la cual asegura que "fue una universidad para mí". Su presencia cada vez más prolongada le permitió poder dedicarse a la conservación de los delfines lo cual hizo que se ganara el sobrenombre de Omacha que significa delfín que se convierte en persona.
Los delfines rosados habitan en los ríos y lagos de la cuenca del Amazonas y durante las temporadas de lluvia, se introducen por los bosques inundados. "Son muy curiosos. Tú vas en una canoa por medio de la selva y de pronto llegan y te empiezan a empujar la canoa, te sueltan burbujas al lado y, si te metes al agua, empiezan a pasarte cerca", afirma Trujillo en entrevista a la BBC.
La fundación realiza evaluaciones de la salud de los delfines, con capturas controladas para realizar ecografías, tomar muestras de sangre y medir parámetros. No obstante, su trabajo no está exento de riesgos debido a que Amazonas es un lugar peligroso lleno de guerrillas, narcotraficantes y grupos paramilitares. Pero, a pesar de ello, la experiencia y su integración a la comunidad indígena lo han mantenido a salvo. "Nos han tocado encuentros con la guerrilla, con muchos actores. El actor armado te aborda, te intimida para averiguar quién eres, y al final te dice, 'ah, el de los delfines, ok, listo, no hay problema, sigan haciendo su recorrido'", dice el biólogo marino.
Su dedicatoria a la protección de la Amazonía lo hicieron digno de ser elegido explorador del año por National Geographic, Sin embargo, Fernando Trujillo afirma que queda mucho por hacer: "Mi sueño es que haya realmente una acción coordinada entre todos los gobiernos, de responsabilidad, para detener esto, para que no perdamos el Amazonas".