Bogotá,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El presidente Gustavo Petro anunció el 17 de enero de 2025 la suspensión del proceso de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), en medio de una escalada de violencia en la región del Catatumbo, al noreste de Colombia. Los ataques atribuidos al grupo guerrillero dejaron al menos 30 muertos, incluidos civiles, líderes sociales y firmantes del acuerdo de paz con las FARC. Estos hechos marcaron un punto crítico en las negociaciones, que ya venían enfrentando dificultades significativas.
La región del Catatumbo, históricamente afectada por el conflicto armado y actividades ilícitas, es un territorio estratégico por su ubicación fronteriza con Venezuela y su riqueza en recursos naturales. En este contexto, el ELN intensificó sus enfrentamientos con una facción disidente de las extintas FARC, agravando la situación de seguridad en la zona. Según reportó El País, la violencia en esta región no solo evidenció la fragilidad del proceso de paz, sino también la falta de disposición del ELN para cesar sus actividades armadas, como lo había exigido el Gobierno colombiano.
Petro suspende diálogos de paz con el ELN tras crímenes en Catatumbo
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, suspendió los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras los recientes ataques en la región del Catatumbo. Según Petro, los actos cometidos por el grupo armado son “crímenes de guerra” y demuestran la falta de voluntad de paz del ELN.
La medida se produce en un contexto de intensos enfrentamientos entre el ELN y facciones de las disidencias de las Farc, dejando un saldo trágico de al menos cinco firmantes de paz asesinados, además de líderes sociales, según denuncias de la ONU. Estos incidentes, ocurridos el jueves, responden aparentemente a disputas territoriales.
Luis Fernando Niño, consejero para la Paz en Norte de Santander, calificó la situación como “muy crítica” y urgió al gobierno a retomar el control mediante mesas de diálogo que responsabilicen a las partes involucradas por el escalamiento del conflicto.
En un comunicado reciente, el ELN declaró como objetivos militares a Ecopetrol y otras empresas de la región, acusándolas de colaborar con las disidencias. Además, amenazaron con intensificar la violencia mientras señalaban al líder disidente “Richard” como responsable de la situación.
El proceso de paz con el ELN, que fue retomado en 2022 tras estar suspendido desde 2019, estuvo marcado por avances puntuales y múltiples crisis. Aunque en mayo de 2024 se logró un acuerdo sobre la participación ciudadana, la expiración del cese al fuego bilateral, el 3 de agosto de ese mismo año, desencadenó una serie de atentados que tensaron las negociaciones.
Uno de los hechos más graves ocurrió en septiembre de 2024, cuando un atentado del ELN contra una base militar en Arauca dejó dos soldados muertos y 26 heridos. Además, la guerrilla reactivó prácticas como el secuestro con fines extorsivos, incumpliendo su compromiso de suspender estas actividades durante las negociaciones. Estas acciones profundizaron la desconfianza en la mesa de diálogo, mientras el Gobierno insistía en la necesidad de garantizar la protección de los derechos humanos y el cese definitivo de la violencia.
Adicionalmente, el proceso enfrentó complicaciones por divisiones internas en el ELN, como la del Frente Comuneros del Sur, un grupo disidente que opera en el departamento de Nariño. Esta división generó tensiones adicionales entre el Gobierno y la dirección central del ELN, dificultando aún más el avance de los diálogos.
El presidente Gustavo Petro confirmó la suspensión del diálogo a través de un mensaje publicado en la red social X (anteriormente Twitter). En su declaración, calificó los actos del ELN en Catatumbo como "crímenes de guerra" y afirmó: "Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz".