El color característico de los pistaches se debe a su contenido de antioxidantes: las catequinas (flavonoides) producen esa tonalidad amarilla, la luteína y zeaxantina (carotenos) el color amarillo y verde, mientras que el color púrpura de la cáscara se debe a las antocianinas que contienen

Publicado en Ciudad de México

En el cuerpo humano, todo el tiempo ocurren diferentes reacciones químicas que lo mantienen con vida y le permiten llevar a cabo actividades diarias; tales como la respiración, el crecimiento y desarrollo, los mecanismos por los cuales obtenemos energía, durante la práctica de cualquier actividad física o ejercicio, e incluso cuando dormimos, y qué además resultan en la aparición de radicales libres, compuestos que se producen de manera natural en el cuerpo y qué en concentraciones altas pueden causar estrés oxidativo y dañar a las células, incrementar procesos de envejecimiento y de inflamación crónica, así como un mayor riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas.

Dentro de los factores que podrían incrementar el estrés oxidativo es la presencia de obesidad, el hábito de fumar, consumo de dietas ricas en grasas saturadas y energía, consumo de bebidas alcohólicas, el uso de ciertos medicamentos y la exposición a factores ambientales como la contaminación, plaguicidas y la luz solar, entre otros.

Si bien el cuerpo es capaz de compensar hasta cierto punto la producción de radicales libres, el tener una alimentación rica en antioxidantes, compuestos capaces de neutralizar los efectos dañinos de la oxidación de las células, resulta en la mejor estrategia para prevenir y disminuir algunos tipos de daños originados por el exceso de estrés oxidativo y, por lo tanto, retardar el proceso de envejecimiento y la aparición de algunas enfermedades crónico degenerativas(1).

A pesar de que generalmente las fuentes de antioxidantes se asocian con frutas y verduras, sobre todo aquellas que poseen un color llamativo e intenso; verde, rojo, naranja, amarillo, azul o morado, también existen otras opciones de alimentos que se consideran pueden ser una muy buena fuente de estos, como es el caso de las oleaginosas, como los pistaches, y cuyo consumo de manera habitual podría contribuir a enriquecer la alimentación y favorecer un estado de salud por su contenido de compuestos fenólicos, incluidas las antocianinas, flavonoides, proantocianidinas, flavonoles, isoflavonas, flavanonas, estilbenos, ácidos fenóliscos y taninos hidrolizables, considerados antioxidantes con propiedades quimiopreventivas y cardioprotectoras (2). 

En el caso de los pistaches, estos aportan muchas formas diferentes de antioxidantes, como el gamma-tocoferol, alfa tocoferol, fitoesteroles y carotenoides, sustancias bien conocidas por sus acciones antioxidantes(3) y que en algunos casos se asocian a su particular color; en el caso de la luteína y zeaxantina, carotenoides que le confieren el color amarillo y verde, y qué se han asociado a la salud visual, al mejorar la visión nocturna y actuar como filtro solar natural en la retina y, por otro lado, evitar la aparición de cataratas al absorber la luz UV, así como prevenir la degeneración macular y la pérdida de la visión(4). Mientras que la tonalidad amarilla de los pistaches proviene de las catequinas(4), un flavonoide o compuesto fenólico que reduce el daño cognitivo. Por último, los pistaches son la única oleaginosa que contiene antocianinas, responsables de la gama de colores púrpura de su cáscara(4), y cuyos beneficios se asocian a efectos antiinflamatorios, anticancerígenos, antidiabéticos, y reducción del deterioro cognitivo a largo plazo(5).

De ahí que se considere a los pistaches como un alimento con un perfil nutricional saludable, que incluye además de un buen aporte de grasas monoinsaturadas, proteína y fibra, compuestos antioxidantes. Y cada vez existe más evidencia que sugiere la recomendación de consumir una porción de 28 gramos o su equivalente a 49 piezas al día, al menos 5 veces a la semana, para favorecer la calidad de la dieta y de la salud 4,6,7,8.

Para más información acerca de los pistaches y de American Pistachio Growers, se puede consultar su sitio web y todas sus plataformas digitales.

Referencias

  • Valko M, Leibfritz D, Moncol J, et al. (2007). Free radicals and antioxidants in normal physiological functions and human disease. International Journal of Biochemistry & Cell Biology  39(1):44-84.
  • Bolling, BW, Chen, C-YO, McKay, DL, et al. (2011) Tree nut phytochemicals: composition, antioxidant capacity, bioactivity, impact factors. A systematic review of almonds, Brazils, cashews, hazelnuts, macadamias, pecans, pine nuts, pistachios and walnuts. Nutr Res Rev 24, 244–275
  • Terzo, S., Baldassano, S., Caldara, G. F., Ferrantelli, V., Lo Dico, G., Mulè, F., & Amato, A. (2019). Health benefits of pistachios consumption. Natural product research, 33(5), 715–726.
  • Bulló, M., Juanola-Falgarona, M., Hernández-Alonso, P., & Salas-Salvadó, J. (2015). Nutrition attributes and health effects of pistachio nuts. The British journal of nutrition, 113 Suppl 2, S79–S93.
  • Garzón, G.A. (2008). Las antocianinas como colorantes naturales y compuestos bioactivos: Revisión. Acta Biológica Colombiana, 13(3), 27-36
  • Fadnes, L. T., & Balakrishna, R. (2024). Nuts and seeds - a scoping review for Nordic Nutrition Recommendations 2023. Food & nutrition research, 68, 10.29219/fnr.v68.10483.
  • Muscogiuri, G., Verde, L., Sulu, C., Katsiki, N., Hassapidou, M., Frias-Toral, E., Cucalón, G., Pazderska, A., Yumuk, V. D., Colao, A., & Barrea, L. (2022). Mediterranean Diet and Obesity-related Disorders: What is the Evidence?. Current obesity reports, 11(4), 287–304.
  • De Souza, R. G. M., Schincaglia, R. M., Pimentel, G. D., & Mota, J. F. (2017). Nuts and Human Health Outcomes: A Systematic Review. Nutrients, 9(12), 1311