Para operar bajo el consentimiento de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), las empresas fintech tienen hasta el 25 de septiembre de 2019 para solicitar su registro ante esta autoridad, de lo contrario estarán sujetas a sanciones e incluso al cierre de operaciones. Esto de acuerdo con las leyes secundarias emitidas en septiembre de 2018, que toman como base la Ley para regular las Instituciones de Tecnología Financiera, a la que se bautizó como ‘Ley Fintech’.

Sin embargo, de las casi 200 empresas que se estiman deben registrarse, la Comisión solo ha contabilizado 26, esto en un corte realizado al inicio del mes de agosto, informó la consultora Deloitte.

Hasta finales de 2018, el número de usuarios de empresas fintech se estimaba en 2 millones, según el estudio de Santander en colaboración con Endeavor, una cifra que va en aumento.

De acuerdo con David Lask, cofundador de Creze, una fintech especializada en créditos PyMES, los usuarios están prefiriendo el acercamiento tecnológico debido a un tema de "agilidad, sencillez de trámites y disponibilidad en cualquier momento y lugar".

México fue celebrado por ser pionero en la reglamentación de empresas fintech en América Latina, pero también arrastró grandes críticas, la mayor de ellas en relación a la posibilidad de generar una desaceleración y un limitante en la innovación con sus leyes.

El resto de ellas, ubicadas en categorías tan variadas como prestamos comerciales o de consumo, seguros, tecnologías empresariales para financieras, y gestión patrimonial, aún siguen sin ser reguladas, aunque su operación está permitida y vigilada por la Procuraduría Federal del Consumidor. Un ejemplo de esto es el caso de Creze, financiera tecnológica que otorga préstamos a empresas (principalmente PyMES) y que cuenta con procesos de aprobación más ágiles y personalizados que las Sofomes tradicionales.