• Nuestra población es de 130 millones de personas, pero sólo 36 millones están estudiando, y de esta última cifra, sólo 1% llega a ser profesionista.
  • De cada 100 personas que inician la primaria, solamente 1 termina el posgrado.
  • En México se requieren más de 1 millón 200 mil empleos.
  • Necesitamos crecer y crear el 4% del Producto Interno Bruto para poder satisfacer más del millón de empleos que nuestro país requiere.
Uno de los empresarios mexicanos que más se ha comprometido con la sociedad mexicana, el Dr. Raúl Beyruti Sánchez, presidente y fundador de GINgroup, participó dentro de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), 2019, como panelista en una mesa informativa sobre ‘La Educación Superior ante las nuevas realidades del Trabajo’, moderada por Blanca Heredia Rubio, Profesora-Investigadora y responsable de la Dirección del Programa Interdisciplinario sobre política y Prácticas Educativas del CIDE; acompañado de personalidades de la talla de Francisco Marmolejo, Líder Especialista de Educación Superior del BM; Jaime Valls, Secretario General de la ANUIES; Ricardo Villanueva Lomelí, Rector General de la UDG; Enrique Graue Wiechers, Rector de la UNAM; Pankaj Mittal, Secretario general de la Asociación de las Universidades Indias; R. Subrahmanyam, Secretario de Educación Superior del Ministerio de Desarrollo de R.H. de la India, entre otros.


Como parte del evento, convocado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se llevó a cabo este análisis en el que se planteó que, según la nueva Estrategia de Empleo de dicha organización, los gobiernos necesitan empeñarse cada vez más en ayudar a los trabajadores y a las empresas, a adaptarse al mundo laboral que vive un proceso de cambio acelerado, y en impulsar el crecimiento incluyente.

Beyruti Sánchez, experto en administración de talento humano, sabe que la profesionalización de los colaboradores es pilar fundamental en el éxito corporativo y en el desarrollo de una economía más eficaz y contundente, por lo que afirmó: “en GINgroup estamos comprometidos en cambiar la vida de nuestros colaboradores a través de la capacitación y la educación para encontrar un nivel que nos permita que México crezca.”

Y es que, en la década de 1990, la Estrategia de Empleo de la OCDE hacía hincapié en la flexibilidad laboral como respuesta al desempleo generalizado y en la década de 2000, promovió diferentes mezclas de política pública para fomentar el empleo para todos; la nueva Estrategia de Empleo de la Organización proporciona un marco integral de política para impulsar no sólo más sino mejores empleos, así como un mercado laboral más incluyente y resiliente. Esto será cada vez más importante en vista de la transformación digital y el rápido cambio tecnológico que experimentan nuestras economías y sociedades. El análisis más reciente de la OCDE sugiere que casi la mitad de todos los empleos corren un alto riesgo de automatización o son susceptibles a sufrir cambios significativos.


Los panelistas reconocieron que la tecnología, innovación y especialización son parte de la esencia humana, pero la tecnología y humanidades deben avanzar en paralelo. Además, aseguraron que la estrategia pone énfasis en el incremento de varias formas de trabajo flexible, incluidos los empleos temporales y el autoempleo. Si bien actualmente representa solo un pequeño porcentaje del empleo, el empleo esporádico o “gig” va también en aumento y puede expandirse de manera importante en el futuro cercano. Los gobiernos afrontan el reto de acompañar la innovación en la creación y el uso de mecanismos de empleo flexible, y a la vez evitar el abuso, creando un entorno de igualdad de condiciones entre las empresas y brindando apoyo adecuado a todos los trabajadores.

Dada la probabilidad de que las formas flexibles de trabajo aumenten, es necesario que los gobiernos garanticen que todos los habitantes tengan acceso a la protección social y estén cubiertos por regulaciones laborales básicas, independientes del tipo de contrato o empleo en cuestión. La protección social puede resultar más eficaz al ampliar la cobertura y adaptar o crear planes específicos, congruentes con el principio de un nivel mínimo de protección social universal, y a la vez promover la portabilidad de los beneficios.

Para terminar, compartieron a la importancia de fortalecer la igualdad de oportunidades, de modo que la condición socioeconómica no se convierta en el factor determinante clave del éxito en el mercado laboral, incluso mediante intervenciones focalizadas durante los años (pre)escolares y en la transición de la escuela al trabajo.