Ciudad de México,
Emiliano Fuentes
Crédito foto: Wiki Commons
Durante la segunda semana de mayo 2021, se dio a conocer un alarmante aumento en la inflación durante abril del mismo año. Lo anterior trajo consigo una preocupación en los diferentes mercados, ya que fue un aumento no observado desde las vísperas de la crisis de 2008. Sin embargo, gran parte de este aumento es un efecto estadístico y distorsiona el aumento real de precios.
Como gran parte de los medios de comunicación de Estados Unidos han publicado, la inflación para abril 2021 de 4.2% en la economía estadounidense avivó las preocupaciones sobre el recalentamiento de la economía. Sin embargo, esta cifra está tomada del índice de precios al consumidor (IPC), que representa la versión más simple para medir el proceso inflacionario dentro de una economía con un proceso estadístico.
El IPC se encarga de observar y comparar regularmente el precio de muchos productos que representan una "canasta de bienes y servicios comprados con regularidad". De esta manera, la canasta contiene consumibles cotidianos como los alimentos, vestido, servicios públicos y también tiene otros artículos de mayor valor como la vivienda, impuestos, atención médica, seguros, entre otros.
Por esta parte, este indicador, el cual establece el ajuste por el aumento del costo de vida, tiene por naturaleza un sesgo puesto que no todos sus componentes aumentan de precio a la misma velocidad. Aunado a lo anterior, la cifra conlleva un resultado estadístico distante de la inflación real.
Esto debido a que la comparación entre años consecutivos, cuando hay una crisis que cambia la tendencia, como la observada en 2020, es exagerada y aumenta el resultado del indicador. Así, para marzo 2020 fue aproximadamente un 0.4% menor a la línea de tendencia.
A esto se le llama "efecto base" donde, tras los impactos de Covid-19, la inflación retrocedió considerablemente. Aunado a lo anterior, durante el primer trimestre 2021, se incrementaron las presiones sobre las materias primas a nivel internacional, así como los alimentos y precios del petróleo. Este par de sucesos contradictorios entre un año y otro, hacen que el artefacto estadístico del IPC, no logre ilustrar el impacto real del aumento de precios.
De esta manera, el efecto base agrega 0.4% al IPC, comparando marzo 2020 con marzo 2021. El indicador reportó un aumento de 2.637% donde, tras eliminar el efecto base, habría aumentado 2.231%, un 18% menor que la reportada en medios. De esta manera, los aumentos en los precios reportados durante la segunda semana de mayo 2021 para la economía estadounidense, podrían resultar menores que los difundidos por diversos medios de comunicación, si se quita el efecto base.