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Dadas las condiciones complejas de México en materia económica, no fue posible disminuir la pobreza extrema de manera significativa de 2009 a 2019, y tuvo estrecha relación con la creciente desigualdad en el país.
Tanto la pobreza como la desigualdad en México tienen hondas raíces históricas, relacionadas con la estructuración colonial de una sociedad dual con grandes diferencias culturales, de acceso a oportunidades, y en su distribución geográfica o territorial, así como de concentración de riqueza.
Como se advierte en el informe, "10 años de mediciones de pobreza en México, avances y retos en la política social" elaborado el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en la década 2008-2018 el combate contra la pobreza vive un "escenario de estancamiento".
Mientras que en 2008, 44.4% de la población del país se encontraba en situación de pobreza, 10 años después, se encuentran en dicha situación 41.9%, una reducción de sólo 2.5%. Con estos datos, la corrupción no parece ser el origen de la pobreza en México, como plantea Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Guerrero, Oaxaca y Chiapas han sido siempre las entidades más pobres y atrasadas de México, a pesar de su indudable riqueza cultural y formidable diversidad biológica, escénica y paisajística. Ante esta situación, el sur y el sureste del país, en conjunto con Veracruz y otras zonas serranas en el oriente del país son incubadora permanente de desigualdad.
Otra drástica diferencia es la marcada entre zonas mayoritariamente rurales y las grandes urbes. Mientras las zonas urbanas tienen un porcentaje de la población en condición de pobreza extrema de 4.5%, en las zonas rurales la población en pobreza extrema todavía representa 16.4% en 2018. Como reflejan los datos mencionados, la pobreza extrema en México es, en su gran mayoría, un fenómeno rural por las características propias del campo mexicano.
Ricardo Fuentes Nieva, director de OXFAM México, mencionó que aunque es una responsabilidad de la sociedad trabajar para erradicar la desigualdad y la discriminación, los tomadores de decisiones, los diseñadores políticas públicas y quienes deciden el destino de los recursos tienen una participación especial.
Sin embargo, recalcó "es un sistema muy complejo que discrimina, que excluye a ciertos grupos de la población y es un problema que no se va resolver en un año", apuntó Fuentes Nieva.
Por su parte, Sabina Alkire, directora de la Iniciativa Oxford sobre Pobreza y Desarrollo Humano (OPHI, por su sigla en inglés), y creadora del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), aseguró que, "además de crecimiento económico, es necesaria la intervención de los gobiernos a través de políticas públicas para garantizar que los beneficios de la mejora económica se compartan".
El Coneval ha subrayado la importancia de elevar el nivel de ingresos de las familias y otorgar seguridad social a sus integrantes para influir de manera significativa en la reducción de la pobreza. No obstante, ninguna política contra la pobreza tendrá éxito si no se tiene diagnóstico acertado sobre los orígenes y causas que la ocasionan.
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