Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
El peso mexicano experimentó una significativa depreciación en los últimos días, colocándose entre las divisas más afectadas en América Latina. Según un análisis de Quásar Elizundia, estratega de investigación de mercados en Pepperstone, el peso cayó un 1.25% frente al dólar, superando las pérdidas del peso chileno (-0.93%), el peso colombiano (-0.84%) y el real brasileño (-0.79%).
Dicho comportamiento negativo se debe a una combinación de factores internos y externos. A nivel nacional, la confianza del consumidor se deterioró en septiembre, lo que ha generado preocupaciones sobre la demanda interna y el crecimiento económico de México. Este retroceso contrasta con los datos positivos obtenidos en agosto, aumentando las inquietudes sobre la fortaleza del consumo.
Externamente, la situación política en Estados Unidos ha agravado la presión sobre el peso. Las recientes encuestas que favorecen a Donald Trump, quien ha propuesto aumentar los aranceles a las exportaciones mexicanas, han reavivado temores sobre el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países. Además, la desaceleración económica de China, un importante socio comercial global, está afectando negativamente a las monedas vinculadas al crecimiento, como el peso mexicano.
Asimismo, el fortalecimiento del dólar estadounidense también ha influido en esta dinámica, mientras los inversores esperan datos clave de la economía de Estados Unidos, como las ventas minoristas y la producción industrial de septiembre, que podrían ofrecer pistas sobre futuras políticas de la Reserva Federal.
En este escenario, el peso mexicano podría continuar experimentando volatilidad en el corto plazo, debido a la confluencia de factores económicos y políticos que lo mantienen bajo presión.