Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El manejo de finanzas personales ha variado entre diferentes grupos generacionales. Las dos últimas dos generaciones que actualmente están viviendo su vida adulta son los millennials y la Generación Z. Las actitudes y los enfoques de ambas generaciones han diferido en cuanto a la adaptación a las condiciones económicas y tecnológicas.
Ambos grupos, por más que sean subsecuentes, están marcados por factores que los diferencian sustancialmente a la hora de manejar las finanzas personales. NotiPress hizo un repaso de algunas de esas contrariedades.
Uno de esos factores tiene que ver con la tecnología y el acceso a la información. Los millennials crecieron durante la conversión digital, siendo la primera generación en adoptar internet y las aplicaciones para manejar sus finanzas. Por tal motivo, se sienten cómodos usando herramientas como aplicaciones para hacer presupuestos y plataformas de inversión.
Por su parte, la Generación Z, al ser nativos digitales, no pueden imaginarse una vida sin las tecnologías actuales y utilizan aplicaciones móviles de servicios financieros como DiDi Préstamos, DiDi Pay y DiDi Card para manejar su dinero en lugar de ir a un banco físico. Esta generación también está abierta a conocer más medios digitales como las criptomonedas.
En cuanto a las actitudes de endeudamiento, la generación nacida aproximadamente entre 1980 y 1996, son más cautelosos con las deudas. Esto debido a que tienen en la memoria las crisis económicas como la crisis inmobiliaria de 2008, y prefieren reducir sus deudas para buscar estabilidad financiera. Por su parte, los nacidos alrededor de 1997 y 2010, también conocen los riesgos de endeudarse, es por eso que usan el crédito de manera estratégica para construir su historial crediticio desde jóvenes.
Otro de los factores distintivos es la perspectiva sobre la estabilidad laboral. Los millennials tuvieron una difícil experiencia en el mercado laboral luego de las crisis, lo cual hace que valoren la estabilidad financiera y la seguridad en el trabajo. En cambio, la Generación Z creció durante el ascenso de la economía gig (economía bajo demanda) y la flexibilidad laboral, producto de las crisis. Esto hizo que vieran como algo normal esta dinámica laboral e influyó en el manejo de sus ingresos y carreras.
Por otro lado, las diferencias generacionales también se ven en las prioridades de gasto. Experiencias como viajes o educación continua tienen más valor para los millennials, quienes ponen la calidad por sobre la cantidad. En cuanto a la Generación Z, la sostenibilidad y la ética son prioridad en sus decisiones de compra. Esta franja etaria elige marcas y productos acordes a sus valores personales y ambientales.
A pesar de las diferencias que los millennials y la Generación Z presentan para manejar su economía, adoptar buenas prácticas financieras sigue siendo necesario para construir un futuro financiero más seguro y sólido. En este sentido, ambas generaciones tienen sus fortalezas: mientras la Generación Z se destaca por su habilidad tecnológica, los millennials han adquirido experiencia en finanzas durante tiempos difíciles. Aun así, las diferencias son claves para crear estrategias educativas y un asesoramiento financiero adaptable a las necesidades de ambas generaciones.