Ciudad de México,
Patricio Contreras
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Tanto México como otras naciones en el mundo atraviesan dificultades para recuperar sus economías tras la crisis derivada de la pandemia de la Covid-19, pues la baja en el consumo y las medidas sanitarias golpearon la capacidad productiva de las empresas. Un indicador importante de esto es el estado de las pymes, que generan del 78% de los empleos del país y, de las cuales, 90% se han visto obligadas a cerrar debido a la falta de solvencia para pagar su nómina y continuar operando, aumentando considerablemente el desempleo.
De acuerdo con Juan Pacheco del Río, socio-director en De la Paz, Costemalle-DFK, la estabilidad de las finanzas públicas depende en buena medida del crecimiento de la economía y, en un comunicado enviado a NotiPress, afirmó: "es importante evaluar que tan factible es no permitir que el capital privado invierta en México, ya que a lo largo de los años estos inversionistas han sido pieza fundamental para el crecimiento y sostén del país". En este sentido, es fundamental que la serie de reformas fiscales presentadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) el 8 de septiembre de 2020, aún en aprobación en el Congreso y que no entrarían en vigor sino hasta enero de 2021, incorporen estímulos fiscales para promover la inversión y la recuperación del empleo.
En opinión de Del Río, el plan de la SHCP se orienta principalmente a endurecer a los esquemas de fiscalización con miras a fortalecer los mecanismos contra la elusión fiscal. Por ejemplo, las donatarias sin fines de lucro que obtengan más del 50% de su financiamiento de operaciones distintas a su objeto social no podrán ser acreedoras de exención a sus obligaciones tributarias. Aunque, por otra parte, destaca la disminución de la tasa de retención del impuesto sobre la renta (ISR), que se aplica a los rendimientos de servicios financieros. Esta bajará del actual 1.45% en 2020 a .97% en 2021.
Sin embargo, existe controversia sobre si el paquete económico y las reformas al ejercicio fiscal que entrarán en vigor el 2021 serán suficientes para revertir la tendencia de recuperación lenta ante el agotamiento de otras opciones y el surgimiento de posibles dificultades futuras. Por ejemplo, el Fondo de estabilización de ingresos presupuestarios, que a finales del año 2019 ascendía a 158 mil 543 millones de pesos, ya se ha utilizado por completo en atender la emergencia sanitaria de la Covid-19 a lo largo del 2020, dejando al país sin la posibilidad de contar con ese dinero para el próximo año.
Aunado a esto, un aspecto que complica las proyecciones económicas para el año 2021 es el envejecimiento poblacional. Afirma Del Río, ello acarreará cada vez más demanda de pensiones e inversiones al sector salud; un ecosistema de servicios públicos y prestaciones que, ya en su estado actual, enfrentan serias limitaciones y presiones para proveer de forma equitativa a la población con servicios médicos de calidad.
Pese a la incertidumbre, las empresas y empleados que han podido seguir operando durante el periodo de pandemia han visto un ahorro considerable en tiempo y costos de traslado con la implementación del teletrabajo o home office, una tendencia que parece, va a mantenerse a largo plazo. Derivado de esta situación, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la productividad laboral global (con base en horas de trabajo) aumentó en un 4.1% durante 2020.
Finalmente, hay una buena cantidad de esperanzas depositadas en El Buen Fin, periodo anual de ofertas que en 2020 se celebrará del 9 al 20 de noviembre y ofrece el potencial de reactivar el comercio y la captación de clientes por medio de nuevos canales en línea. Según un reporte de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), 7 de cada 10 usuarios en línea están pensando hacer sus compras de El Buen Fin a través de Internet. Esta situación podría brindar un ansiado segundo aire a la economía de las pymes y los negocios grandes y mejorar las perspectivas financieras de México para el 2021.