Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La Organización Mundial del Comercio (OMC) anunció que bajó su pronóstico de crecimiento global de 2023. El 5 de octubre señaló que el volumen del comercio mundial de mercancías pasó de un 1.7 por ciento de crecimiento a un 0.8%.
Ralph Ossa, economista jefe de la OMC, comentó en un artículo de opinión en el blog oficial de la OMC que el ajuste no es enteramente sorpresivo. En abril ya se había considerado que los riesgos eran mayoritariamente a la baja, señaló Ossa.
Entre los factores que han contribuido a la revisión de la OMC es que la economía ha tenido una inflación creciente y altas tasas de interés desde el cuarto trimestre de 2022. La caída de precios y el fin de las restricciones por la pandemia de Covid-19 aumentaron las esperanzas de un rebote rápido y recuperación fuerte. Además de estos factores, el conflicto ruso-ucraniano continúa, el cual tiene un gran peso en la economía global.
Ossa señaló que otro factor es el desaceleramiento del comercio en el primer semestre de 2023, pues un gran número de economías y varios bienes se vieron afectados. Categorías de productos manufacturados como hierro y acero, prendas de visitar y los vehículos tuvieron un aumento en sus precios en 2023.
Para 2024 se espera un crecimiento del 3.3%, un 0.1% más del proyectado en abril de 2023. Esta predicción puede estar impulsada por un aumento del comercio de bienes estrechamente vinculados al ciclo económico, como maquinaria y bienes de consumo duradero.
Las cifras de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial a tipos de cambios de mercado se prevé que sean del 2.6% en 2023. A pesar de mostrar pocos cambios desde el pronóstico de abril de 2023, las alteraciones en la composición regional del crecimiento podrían influir en el comercio.
De acuerdo con el economista jefe, la demanda de importaciones está debilitándose en las economías manufactureras. Se espera que los volúmenes de importación en 2023 se contraigan entre un 0.4% y un 1.2% en América del Norte, América del Sur, Europa y Asia.
Asimismo, las importaciones parecen destinadas a aumentar marcadamente en las regiones que exportan combustibles de forma desproporcionada. El aumento de los ingresos provenientes de los precios más altos tiene una relación directa, señaló.
Si bien, se están viendo inicios de una posible fragmentación, no hay evidencia de una desglobalización amplia. Por ejemplo, la participación de los bienes intermedios en el comercio mundial, el cual indican la salud y alcance de las cadenas de suministros globales, cayó 48.5% en los primeros seis meses del año. En los últimos tres años había tenido un promedio de 51.0%.
Aunque sugiere que las cadenas de suministro pueden estar contrayéndose, también refleja precios más altos de las materias primas.