Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
El peso mexicano registró el 7 de noviembre su operativa más sólida desde septiembre 2024, impulsado por factores tanto internos como externos. En el análisis de Quásar Elizundia, estratega de investigación de mercados en Pepperstone, se destacan diversos elementos que han contribuido a esta mejora, incluyendo la más reciente lectura de la inflación en México y un ajuste global del dólar.
Los datos de inflación correspondientes a octubre tuvieron un impacto notable en el desempeño del peso. La inflación subyacente en México mantiene una tendencia a la baja, alcanzando su nivel más bajo desde enero de 2021, lo que representa una señal positiva para el Banco de México, de cara a las últimas dos reuniones de política monetaria del año. Sin embargo, la inflación general mostró un repunte inesperado, superando las proyecciones de los analistas y evidenciando una situación mixta en el panorama inflacionario.
Además, el retroceso del dólar estadounidense ha jugado a favor de la moneda mexicana. El fortalecimiento previo del dólar se había visto impulsado en parte por las expectativas del retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, lo que generó inicialmente una sobrerreacción en el mercado. Sin embargo, el ajuste reciente permitió al peso quebrar temporalmente la barrera psicológica de los 20 pesos por dólar, un nivel significativo en términos de confianza del mercado.
Otro factor de impulso para el peso han sido las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Según Elizundia, los mercados anticipan que la Fed realizará un segundo recorte de tasas, aunque con un ajuste más moderado de 25 puntos básicos. Esto ha disminuido la presión sobre el peso mexicano, brindando un margen de apreciación en el corto plazo.
No obstante, Elizundia advierte que persisten riesgos importantes que podrían limitar un avance sostenido del peso. La posible administración republicana de Trump podría adoptar políticas más restrictivas hacia México, lo que eventualmente afectaría la fortaleza de la moneda mexicana.
En conclusión, la operativa del peso mexicano refleja una combinación de influencias positivas derivadas de la dinámica inflacionaria y de las condiciones del mercado global, aunque sigue enfrentando desafíos potenciales en el mediano plazo.