Ciudad de México,
Ali Figueroa
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De acuerdo con el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), la economía global se enfrenta a desafíos e incertidumbre ante una fase de desaceleración en los ciclos económicos y geopolíticos, no obstante, a partir de la respuesta del frente comercial, se anticipa la reducción de las tensiones comerciales globales.
Los desafíos que se constituyen en torno a la fase de desaceleración son el juicio político de Donald Trump, como consecuencia de la política exterior durante su gestión, la falta de candidatura opositora fuerte por parte del sector demócrata en Estados Unidos, que figura como una apuesta incierta por la subsecuente política exterior, la presencia del Brexit frente a la Unión Europea, el conflicto de Irán con Estados Unidos, y las protestas sociales en América Latina.
A propósito de la incertidumbre que suscitan los desafíos en la economía global, en tanto posible amenaza hacia el frente comercial, el IMEF anticipa una reducción de las tensiones comerciales a partir de dos sucesos: la firma del acuerdo fase 1 entre Estados Unidos y China, y la ratificación del T-MEC
Con base en la firma del acuerdo fase 1, Estados Unidos ha indicado, hará caso omiso de los aranceles aplicados sobre las importaciones y sus remanentes, cuya suma se estima en 150 mil millones de dólares (mmd); mientras que China se ha comprometido a mejorar sus relaciones de mercado con el aumento de las ventas, por 200 mmd, además de incrementar su intercambio en materia de propiedad intelectual.
Si bien no existe fecha para un acuerdo fase 2 entre Estados Unidos y China, un suceso de semejante magnitud en el frente comercial, constituye un fuerte indicador que apunta a salvaguardar los intereses de sus respectivas gestiones sin generar nuevas tensiones comerciales; en especial al considerar la fase de desaceleración en los ciclos económicos y geopolíticos a la que alude el IMEF, cuya preocupación sobre el tema estriba en las repercusiones que este frente tengan sobre la economía mexicana.
Asimismo, la ratificación del T-MEC, con una aprobación de 89 votos a favor y 10 en contra, constituye un motivo de peso para incluir a México en el conjunto de políticas publicas en aras de aumentar la inversión privada, con el objetivo de prevenir las tensiones comerciales que puedan suscitar un antagonismo entre México, Estados Unidos y Canadá.
La participación de Estados Unidos y China en este frente da como resultado su posición central para reducir las tensiones comerciales en la economía global; a través del acuerdo fase 1, que apunta a una posible modificación de la política exterior con China, y de la ratificación del T-MEC, cuyo propósito consiste en trabajar la política exterior de Estados Unidos con respecto a sus países vecinos.