Foto: Composición por Alan Cortés (NotiPress)
El precio del oro mantiene un impulso alcista, registrando su segunda jornada consecutiva de ganancias y ubicándose cerca de los $2,700 por onza, según un análisis de Quásar Elizundia, estratega de mercados de Pepperstone. Este desempeño se debe a factores geopolíticos y económicos que refuerzan la demanda del oro como activo refugio.
En el ámbito internacional, la reactivación de la demanda física de oro por parte de China ha sido un elemento decisivo. En noviembre, el Banco Popular de China incrementó sus reservas de oro tras una pausa de seis meses y anunció planes de flexibilización de su política monetaria. Este enfoque, habitual en contextos de incertidumbre, beneficia a activos como el oro, que suelen ser preferidos en tiempos de baja rentabilidad de inversiones tradicionales.
Simultáneamente, el panorama en Medio Oriente añade presión al mercado. La caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha generado un vacío de poder que intensifica la inestabilidad regional. Este contexto ha llevado a Israel a tomar medidas de seguridad más proactivas, lo que, junto con la incertidumbre geopolítica general, ha aumentado el atractivo del oro.
Además, decisiones clave de política monetaria en economías avanzadas, como los recortes de tasas de interés por parte de bancos centrales de Canadá, Suiza y Europa, disminuyen el costo de oportunidad de mantener oro, fortaleciendo su demanda.
El mercado también está expectante ante el informe de inflación de Estados Unidos, programado para el 11 de diciembre, que podría influir en las proyecciones de recortes de tasas de la Reserva Federal en 2025. Este dato será crucial para evaluar el comportamiento del oro en el corto y mediano plazo.
Con estas dinámicas, el oro se consolida como un refugio frente a la incertidumbre global, con perspectivas de alcanzar sus máximos históricos.
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