Ciudad de México ,
Samara Mejía
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Un informe de la Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares, consultado por la agencia de noticias, señala que el 53.8 por ciento de los hogares mexicanos tiene una deuda de crédito o de préstamo. Asimismo el 11.6% mantiene una deuda hipotecaria y el 56.9% de los hogares sostiene alguna clase de deuda. De acuerdo con Prestadero, ello es producto de que en México no existe educación financiera para permitir a los hogares mexicanos tener una vida financiera sana.
Gerardo Obregón, director general de Prestadero, comentó que "cuando solicitamos un préstamo, existen varios factores a valorar como los plazos, tasa de interés, la institución a solicitar, etc. Sin embargo, uno de los factores determinantes a analizar antes de todo lo anterior, es nuestra situación financiera. En esta, determinaremos si tenemos la capacidad económica para hacer frente a un crédito y si realmente podremos cubrir mes con mes la mensualidad que implica la deuda".
Por ende, Prestadero, compartió las cinco ocasiones en que no es debido solicitar un préstamo o un crédito. La primera recomendación es no pedir un préstamo si no se sostiene un ingreso fijo, porque cubrir la mensualidad podría ser demasiado difícil o. dependiendo el monto pedido, podría no pagarse. Además, al no cubrir la cuenta, se generarán intereses moratorios y la deuda se irá haciendo cada vez más grande.
Si ya se cuenta con un crédito y la capacidad de pago está al límite, solicitar otro crédito no ayuda a solventar el primero. Así pues, si el propósito es pagar un crédito con otro, puede funcionar cuando los términos del segundo sean más convenientes a las del primero. En cambio, ese método no ayudará a resolver tus problemas, solamente se generará una deuda más grande.
No se deben completar los ingresos diarios con un crédito, pues, según la compañía, esto solo complicara más la situación financiera. Lo anterior, como referencia a que un prestamo no es dinero obsequiado, es una ayuda y en algún momento se deberá pagar. Igualmente, si no se tiene la facultad económica para solventar un préstamo, lo mejor es no pedirlo. Esto porque no cubrir la mensualidad de un crédito puede generar problemas, como perder la oportunidad de pedir créditos a futuro o manchar el historial crediticio.
Finalmente, la quinta sugerencia es no aceptar malas condiciones de crédito cuando se tiene una emergencia de dinero, porque se podría caer en estafas por la angustia de querer conseguir dinero. Mientras tanto, si la urgencia del dinero es para liquidar otras deudas, es mejor acercarse a las instituciones financieras donde se tiene dicha deuda y solicitar una reestructuración.
Ante tal escenario, Obregón especificó "para saber qué tan viable es pedir o no un préstamo, la mensualidad no deberá de superar 30% de tus ingresos. Con base en este parámetro, te será más fácil determinar qué tan viable es solicitar".