Agua en presa Ignacio Ramírez daña 30% de los cultivos de maíz en Almoloya de Juárez

 24-09-2025
Carlos Ortíz
   
Portada | Estado de México
Foto: Unsplash

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El aumento inusual en el nivel de la presa Ignacio Ramírez, que alcanza un llenado promedio del 120%, ha provocado pérdidas significativas en los cultivos de maíz en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México. De acuerdo con estimaciones de los productores locales, al menos el 30% de la producción agrícola se ha visto afectada por el exceso de agua acumulada tras las lluvias constantes en la región.

Según reportó el ayuntamiento de Almoloya de Juárez, en las inmediaciones de la presa se siembran cerca de 2 mil 800 hectáreas, principalmente de maíz. En este contexto, las lluvias han cubierto los cultivos con más de 30 centímetros de agua, lo que ha causado la pudrición del tallo y la pérdida del grano.

"Esos que se ven amarillos de abajo es el maíz que no se dio y que ya no se salvó de tanta agua", comentó Javier, campesino afectado de la zona. Entre las comunidades más impactadas se encuentra Santiago de Mañones, donde las parcelas permanecen anegadas.

En su entorno geográfico, la presa Ignacio Ramírez está rodeada por siete núcleos agrarios: Salitre de Mañones, San Agustín Citlali, Mayorazgo Concepción de León, San Diego, Santa Juana Centro, Cieneguillas de Mañones y Atotonilco, según información del gobierno local. Aunque el nivel del agua es elevado, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aclaró que la presa tiene una capacidad máxima del 130%, por lo que aún no se ha alcanzado el límite estructural.

Desde las comunidades colindantes, como Barrio del Carmen y Salitre de Mañones, los vecinos descartan riesgos de desbordamiento. "Ahorita no está a su nivel máximo, creció por las lluvias, pero todavía le falta para subir", explicó Javier, habitante de Barrio del Carmen. Los residentes en el Estado de México señalan que sus viviendas fueron construidas lejos de la orilla y sobre terreno elevado.

Durante la temporada de lluvias, las autoridades mantienen un protocolo de desfogue controlado pero se requieren mas medidas urgentes de mitigación Las compuertas de la presa se abren para liberar el flujo acumulado y evitar un llenado excesivo. "Cuando comienzan las lluvias, las compuertas se abren para que el agua no se quede aquí y no se siga llenando", declaró Fernando, vecino de la zona.

A pesar de los daños agrícolas, el alto nivel del cuerpo de agua ha sido percibido como señal positiva tras la sequía registrada en 2024. Los habitantes destacan la recuperación ambiental que representa este aumento en el caudal. En la zona, la actividad continúa con normalidad: animales pastan en los bordes, personas caminan por la orilla y se observan labores de mantenimiento en las inmediaciones.




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