
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Un análisis reciente del Atlas de Vulnerabilidad al Cambio Climático del Estado de México evidenció una distribución desigual de amenazas hidrometeorológicas a lo largo del territorio estatal. Este documento, publicado por la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, identifica regiones donde se presentan mayores niveles de exposición ante eventos climáticos extremos, tales como huracanes, inundaciones, sequías y tormentas.
Tlatlaya, Amatepec, Tejupilco y Luvianos se identifican con los niveles más altos de riesgo, según los mapas contenidos en el Atlas. En estas zonas del sur mexiquense, la combinación de factores naturales y actividades humanas, incluida la deforestación y la contaminación, incrementa la vulnerabilidad ante fenómenos meteorológicos severos.
Zumpahuacán y Sultepec también fueron incluidos en el listado, aunque con un grado de exposición menos extremo. El documento destaca que el impacto potencial en estos municipios resulta significativo, aunque menor en comparación con las zonas del sur profundo.
Diversas regiones del norte, centro y oriente del Estado de México aparecen señaladas con una vulnerabilidad media. Municipios del norte como San Simón de Guerrero, Almoloya de Alquisirás, Temascaltepec, Otzoloapan, Santo Tomás, Ixtapan del Oro, Villa de Allende y Ocuilan figuran en este grupo. Esta clasificación sugiere una amenaza latente, aunque no extrema, en estos territorios.
En la zona sur se encuentran otros municipios con vulnerabilidad media: Aculco, Acambay, Temascalcingo, Jilotepec, Chapa de Mota, Villa del Carbón, Tepotzotlán y Nicolás Romero. La presencia de estos nombres en el informe refuerza la necesidad de observar de cerca el comportamiento climático en estas localidades.
Por el lado oriente, Hueypoxtla, Temascalapa, Ixtapaluca, Tlalmanalco y Ayapango forman parte del conjunto de municipios que enfrentan riesgos moderados relacionados con condiciones climáticas severas. Según el Atlas, estos municipios muestran indicadores que los posicionan en una zona intermedia dentro del panorama estatal de vulnerabilidad.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) aportó información complementaria respecto a los efectos recientes en la entidad, incluyendo una disminución en los niveles de almacenamiento en presas del Sistema Cutzamala entre abril y mayo. Esta situación refleja el impacto tangible de las condiciones climáticas extremas registradas desde 2021.
Así, en el mismo periodo se reportaron olas de calor, sequías prolongadas y precipitaciones inusuales en diversas partes del Estado de México, incluyendo el centro, valle de México y zonas del sur y oriente. Tales fenómenos coinciden con el panorama presentado por el Atlas, lo que refuerza la importancia de atender de forma diferenciada cada región, según sus características específicas de exposición al riesgo.
Igualmente, un dato global proporcionado por la Organización Meteorológica Mundial indicó que 2023 fue el año más cálido y seco registrado en el planeta desde el periodo 1850-1900, con una temperatura promedio anual 1.45 grados centígrados por encima del histórico. Este contexto internacional permite entender la gravedad del escenario climático actual y su repercusión directa en regiones vulnerables.
El Estado de México enfrenta así una distribución geográfica diversa de riesgos climáticos, donde algunas zonas requieren medidas urgentes de mitigación y otras una vigilancia constante. La información oficial disponible proporciona una herramienta útil para fortalecer la gestión ambiental local y planificar acciones ante futuras contingencias.
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