Foto: Gobierno de México
Dos programas con enfoques complementarios están marcando un precedente en el desarrollo rural con perspectiva de género en México. En el sur, el proyecto Tierra Fértil, desarrollado por Proyecto ConcentrArte en la comunidad de Miguel Hidalgo, Chiapas, cumple seis años de implementación. Paralelamente, en el centro del país, el Gobierno del Estado de México capacitó a 387 productores agropecuarios en mercadotecnia, finanzas y estrategias de comercialización como parte del Programa de Fortalecimiento para Agronegocios Mexiquenses.
Ambas iniciativas coinciden en fortalecer la autonomía económica de mujeres rurales, generar redes de apoyo y abrir oportunidades de participación en actividades productivas formales. En Chiapas, las mujeres pasaron de ingresos informales por bordado o aseo a liderar un huerto comunitario y una panadería construida con sus propias manos. Estas acciones han reducido el endeudamiento familiar y promovido un ahorro mensual estimado entre 2,000 y 3,000 pesos por hogar.
El proyecto, iniciado tras el sismo de 2017, logró en 2024 un avance clave: el acceso colectivo a tierra propia, desafiando estructuras locales donde la propiedad sigue en manos masculinas. Las participantes adquirieron dominio técnico en agroecología, compostas, reproducción de plantas y construcción de infraestructura agrícola. Algunas ya imparten talleres en escuelas y comunidades vecinas, consolidando un proceso de transmisión intergeneracional del conocimiento.
En el Estado de México, el programa operado por el Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo (ICATI) incluyó 10 módulos teórico-prácticos, desde filosofía empresarial hasta marketing digital. También se incorporó una segunda etapa de fortalecimiento económico a cargo de la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco), con contenidos sobre registro de marca, etiquetado y códigos de barras.
La tercera fase, aún en curso, ofrece vinculación comercial mediante simuladores de mesa de negocios y asesorías especializadas para desarrollar productos competitivos. Según cifras oficiales, el 47% de las personas capacitadas fueron mujeres, lo que promueve la inclusión productiva y participación equitativa en el desarrollo económico rural.
El proyecto Tierra Fértil, por su parte, identificó mejoras en salud familiar gracias al consumo de alimentos frescos y la reducción de enfermedades gastrointestinales, así como avances en autoestima, liderazgo y cohesión social. Las mujeres participantes hoy son reconocidas como "las mujeres del huerto" y participan activamente en comités comunitarios, resolviendo conflictos y gestionando recursos.
Ambos programas integran a diversos actores institucionales. En el Estado de México participaron la Secretaría del Campo, el Fideicomiso de Riesgo Compartido (Firco) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) del Gobierno federal. En el caso de Chiapas, el proceso fue acompañado por CADENA A.C., Fundación ADO, Fundación Estafeta, y el equipo técnico de Proyecto ConcentrArte.
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