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El Atlas Nacional sobre el Riesgo de Trabajo Infantil pone de relieve una división marcada entre el norte y el sur de México, esto en términos de las condiciones que enfrentan niñas, niños y adolescentes en el ámbito laboral. Si bien, las regiones norteñas muestran los mejores índices, con valores que indican una menor incidencia de trabajo infantil, las entidades sureñas como Chiapas, Oaxaca y Michoacán presentan cifras alarmantes, subrayando las dificultades en calidad de vida y acceso a derechos que incrementan el riesgo de trabajo infantil.
Datos alarmantes revelan en 2019 había 3.3 millones de menores trabajando, y en la pandemia de covid-19 esta cifra exacerbó, sumando aproximadamente 180 mil más. El 27.4% de estos menores labora en el sector agropecuario, la mayoría en microempresas y un 26% sin remuneración. Además, el Atlas destaca que la mayoría de los menores trabajadores inician entre los 6 y 8 años de edad, mientras el 95% de los adolescentes de 14 a 17 años trabaja en el sector informal, de los cuales solo 7 de cada 10 asisten a la escuela.
En este contexto, el Estado de México se encuentra en una posición intermedia, con un índice de 0.505, es decir, el 22 de 32, sugiriendo un margen significativo para mejorar y adoptar las prácticas de las regiones con mejores índices. A nivel nacional, Michoacán, Guanajuato y Jalisco presentan las condiciones más desfavorables, mientras que Hidalgo, Baja California Sur y Coahuila destacan por tener las mejores condiciones para el disfrute de la condición infantil.
Con respecto al disfrute de la condición infantil resulta importante mencionar, este es un derecho fundamental amenazado por el trabajo en las infancias. En el Estado de México, el valor asignado al disfrute de la condición infantil es de 0.609, posicionándose en el lugar 12 de los 32 estados de México. Sin embargo, esta cifra no debe ser motivo de complacencia, pues aún hay muchos niños que no tienen acceso a una educación adecuada o que no se consideran felices.
A nivel nacional, Michoacán, Guanajuato y Jalisco presentan las condiciones más desfavorables, con tasas de asistencia escolar y percepciones de bienestar muy por debajo de la media. Por otro lado, Hidalgo, Baja California Sur y Coahuila destacan por tener las mejores condiciones para el disfrute de la condición infantil.
De esta forma, el Estado de México se encuentra en una posición intermedia en comparación con otras entidades mencionadas en el artículo. No obstante, aunque no enfrenta las condiciones más desfavorables, aún hay desafíos significativos que abordar en términos de garantizar el bienestar de los niños, especialmente en lo que respecta al acceso a la educación y al trabajo infantil.
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