Ciudad de México,
Judith Moreno
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En un hecho tan infrecuente que estadísticamente podría no ocurrir jamás, una familia del Valle de Toluca recibió a cinco bebés al mismo tiempo, desafiando las probabilidades médicas más bajas del país. El Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz atendió el nacimiento de cuatro niñas y un niño —un caso que se presenta apenas una vez entre decenas de millones de embarazos— y que puso a prueba la capacidad clínica, tecnológica y humana de uno de los centros de atención perinatal más importantes del Estado de México.
Según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los embarazos con más de tres fetos son extremadamente poco frecuentes. De acuerdo con la información disponible, los nacimientos de gemelos se presentan en 1 de cada 85 embarazos, los de triates en 1 de cada 7 200, los cuatrillizos en 1 de cada 600 mil, mientras que los quintillizos aparecen en 1 de cada 52 millones. Estas cifras permiten ubicar el caso de Toluca dentro de los márgenes estadísticos de menor frecuencia en el país.
El parto ocurrió a las 28 semanas de gestación, por lo que fue considerado un nacimiento prematuro. Como parte del protocolo hospitalario, tres de los cinco recién nacidos ingresaron a incubadoras neonatales. Recibieron cuidados médicos especializados durante dos semanas, periodo en el cual se estabilizaron y evolucionaron satisfactoriamente. Luego de completar el seguimiento clínico necesario, los cinco menores fueron dados de alta en condiciones de salud reportadas como estables.
La familia reside en el municipio de Otzolotepec y cuenta con dos hijos mayores. El proceso de registro de nacimiento fue realizado en el mismo hospital, mediante el módulo correspondiente del Registro Civil, permitiendo el otorgamiento de identidad jurídica de forma inmediata. Esta gestión documental se realizó antes del alta médica, como parte del acompañamiento institucional brindado a la familia.
Además, los nacimientos múltiples extremos, como el de quintillizos, se registran en literatura médica como eventos de alta complejidad clínica. Requieren atención obstétrica especializada, infraestructura hospitalaria con capacidad para soporte neonatal, personal médico entrenado y seguimiento continuo en las primeras semanas de vida. En este caso, el alta médica fue otorgada tras observación y atención neonatal inicial, conforme a los protocolos establecidos.
Igualmente, aunque no se difundieron detalles adicionales sobre la evolución posterior al alta, se confirmó que los cinco bebés fueron recibidos por su familia tras el egreso hospitalario. Este acontecimiento representa una referencia documentada dentro del sistema de salud pública del Estado de México, y refleja la respuesta operativa de las instituciones médicas ante situaciones clínicas que presentan múltiples variables de atención simultánea.
Finalmente, la baja incidencia de este tipo de gestaciones, aunada al desarrollo del parto y la evolución médica reportada, posiciona el caso como un antecedente clínico relevante. El uso de recursos médicos especializados y la coordinación de servicios hospitalarios permitieron dar continuidad al proceso de atención desde el alumbramiento hasta la integración familiar posterior.