
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Familiares de pacientes en hospitales públicos del Estado de México enfrentan gastos elevados recorridos y prolongados para cubrir tratamientos médicos. El sistema de salud no los garantiza, debido al desabasto de insumos y medicamentos. Esta situación se vive actualmente en centros como el Hospital Nicolás San Juan y el Hospital Regional Adolfo López Mateos, ambos en Toluca.
Según ha reportado El Sol de Toluca, desde el 12 de julio de 2025 Mireya ha tenido que adquirir por cuenta propia respiradores, medicamentos y material médico para su nieto, un bebé prematuro internado en el hospital Nicolás San Juan. "Diario hay que comprar una medicina que cuesta más de mil pesos, solo es una de varias que le piden al papá del bebé", declaró.
La familia de Mireya intentó inicialmente recibir atención en el Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz, donde les informaron que no contaban con el equipo necesario para atender emergencias neonatales. "Se supone que ese hospital está equipado para eso, pero nos dijeron que les faltaban varios aparatos", agregó.
Muchos casos reportados como el de Erika también reflejan la precariedad del sistema. Desde hace más de dos semanas, acompaña a su hermana hospitalizada en el Adolfo López Mateos por una operación de hernia. Ambas viajan diariamente desde Xalatlaco, recorriendo más de una hora, y han tenido que pagar antibióticos con un valor de 800 pesos por dosis. "Le ponen una inyección al mediodía y otra en la madrugada, y todo lo hemos tenido que pagar nosotros", explicó.
Además de los medicamentos, las familias deben costear alimentos, artículos de higiene y otros insumos que los hospitales no proporcionan. "Nos dicen que no tienen ciertas cosas y desde ahí sabemos que hay que comprarlas", expresó Erika sobre la advertencia que reciben desde el ingreso.
Personal médico en estos hospitales ha optado por trabajar bajo protesta, exigiendo tanto el pago de salarios como el abasto urgente de materiales esenciales. La falta de insumos afecta tanto a pacientes como a los trabajadores, quienes deben operar en condiciones limitadas.
Tanto familias como personal médico coinciden en que la situación requiere atención inmediata por parte de las autoridades estatales, a fin de restaurar la capacidad operativa del sistema hospitalario y garantizar el acceso efectivo a la salud.
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