
Foto: Facebook Coliseo Coacalco Arena
La lucha libre mexicana cuenta con un reconocimiento oficial como Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México desde 2018, condición que respalda su valor simbólico y explica por qué continúa presente tanto en políticas culturales como en iniciativas comunitarias.
A partir del 21 de julio de 2018, esta práctica fue incorporada al catálogo de patrimonio cultural capitalino mediante un decreto firmado por el entonces jefe de Gobierno en funciones, José Ramón Amieva, y el secretario de Cultura local, Eduardo Vázquez Martín. El documento definió a la lucha libre como "producto cultural que se expresa y recrea en la capital" y que articula elementos tangibles e intangibles de la cultura urbana.
El decreto oficial señala que lucha libre es actividad "que se desarrolla en la frontera entre la fantasía y la realidad, es un oficio rudo y crudo, un arte de fina ejecución". Asimismo, establece que este fenómeno "promueve la cohesión y la identificación social en lo individual y lo colectivo", con presencia sostenida desde su consolidación entre las décadas de 1930 y 1950.
El reconocimiento institucional coincide con investigaciones académicas desarrolladas en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). En tesis, el doctor José Juan Soto Ramírez documenta que la lucha libre en México constituye un sistema cultural complejo y afirma que "es una mezcla entre la realidad y la ficción... donde la sangre, las muertes, los lances, las llaves y las contrallaves son reales".
El investigador también advierte que este deporte-espectáculo ha sido subestimado durante décadas por ciertos sectores académicos, pese a su arraigo social. En su análisis, sostiene que "la lucha libre ha hundido sus raíces en las prácticas discursivas y se ha convertido en un referente simbólico" dentro de la cultura popular mexicana.
Durante la ceremonia de firma del decreto, Eduardo Vázquez Martín señaló que la lucha libre mexicana "es juego, magia, un teatro de la vida con personajes fabulosos dotados de fuerza física, pero también de valores". Por su parte, Amieva destacó su proyección internacional y su capacidad para atraer visitantes interesados en expresiones culturales locales.
Además de los planes gubernamentales orientados a la preservación cultural, que incluyeron talleres, exhibiciones y actividades públicas en el Zócalo capitalino, la vigencia de la lucha libre también se manifiesta en acciones impulsadas desde los propios espacios donde se practica. En ese contexto, Rodrigo Contreras, alias "El Magnífico", fundó el espacio Coliseo Coacalco para promover la lucha libre en el Estado de México. Tras años de uso del espacio, lanzó una campaña en GoFundMe para recaudar fondos para adquirir un nuevo ring. La meta se encuentra al 60 por ciento, habiendo recaudado 50 mil 462 pesos al cierre de esta nota.
Estas iniciativas reflejan la continuidad práctica de una tradición que, más allá del reconocimiento institucional, se sostiene mediante la participación directa de las comunidades vinculadas a la lucha libre
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