Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Cada 4 de julio, Estados Unidos celebra el Día de la Independencia, y más allá de la celebración, este día conmemora un momento en la historia: la declaración de independencia de trece colonias británicas en 1776. Para comprender un poco más sobre la historia, las raíces de este movimiento se remontan a décadas de tensiones entre las colonias americanas y el gobierno británico.
Desde su fundación en los siglos XVII y XVIII, estas colonias, desde Massachusetts hasta Georgia, disfrutaban de un alto grado de autonomía, aunque estaban bajo el dominio mercantilista de la metrópoli. El punto de inflexión llegó tras la Guerra de los Siete Años, concluyendo en 1763 con la firma del Tratado de París.
Tras la victoria, Gran Bretaña enfrentó graves problemas financieros y decidió imponer impuestos sobre las colonias americanas. Allí se destacaron los impuestos al azúcar, al sello y al té y no otorgaron representación en el Parlamento británico. Esta situación provocó una creciente resistencia entre los colonos, quienes se unieron bajo el lema "No taxation without representation" (Ningún impuesto sin representación).
Pese a ello, la tensión aumentó y surgieron movimientos de oposición para organizar congresos provinciales, como el Congreso de Representantes en 1765, para denunciar abusos británicos y defender los derechos coloniales. Por otro lado, el punto culminante fue el Motín del Té de Boston en 1773, donde los colonos protestaron contra el impuesto al té arrojando cargamentos británicos al agua.
Respondiendo a esta situación, Londres intensificó el control militar y legislativo sobre las colonias y exacerbó aún más las tensiones y llevó al estallido del conflicto armado en 1775. El Primer Congreso Continental en 1774 y el Segundo Congreso Continental en 1775 establecieron la plataforma para la unificación de las colonias en la búsqueda de la independencia.
Fue en este contexto donde Thomas Jefferson, junto con Benjamin Franklin y John Adams, redactaron la Declaración de Independencia, adoptada el 4 de julio de 1776. Esta declaración no solo proclamaba la independencia de las colonias, sino también sentaba las bases de principios universales como la igualdad y los derechos naturales.
A pesar de que la guerra continuó hasta 1783, con la firma del Tratado de París se reconoció la independencia estadounidense y, el 4 de julio se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad y el autogobierno. Más de dos siglos después, el Día de la Independencia de Estados Unidos es una celebración para honrar los ideales que inspiraron a los padres fundadores y aún continúan resonando en la identidad estadounidense.
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