Ciudad de México,
A Amigon
Crédito foto: Pedro Basilio / NotiPress
Estados Unidos continúa realizando acciones en contra del poderío tecnológico y económico de China, llevando su agenda hacia otros países aliados como la Unión Europea. Sin embargo, estas políticas anti-China podrían sólo tener efecto en cómo los ciudadanos estadounidenses tratan a los suyos y no afectar el avance del país asiático, mencionan activistas.
Debido a la pandemia por Covid-19, cuyo primer foco se halló en Wuhan, China, los ataques de odio hacia asiáticos americanos (asian american) aumentaron. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) advirtió sobre la ola de odio y racismo luego del brote de Covid-19 en Estados Unidos.
Grupos de activistas en contra del racismo hacia descendientes asiáticos consideran que el proyecto de ley bipartidista y las acciones anti-China podrían avivar estas olas de odio. La Casa Blanca, tanto demócratas como republicanos, están de acuerdo en la amenaza que representa el gigante asiático para los intereses de occidente.
Como ejemplo del esfuerzo de Joe Biden en contra del gigante asiático, durante la reunión del G7 en Londres, Rusia y China fueron puntos de discusión. "Si Rusia avanza en esa dirección, nosotros también lo haremos", declaró Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense, afirmó que habría acciones en caso de que Rusia buscara estrechar su relación con China.
A estas acciones se suman las declaraciones hechas por Biden acerca del actuar de oriente frente a los asuntos internacionales. Cuando Biden anunció el 17 de mayo el envío de 20 millones de vacunas contra Covid-19 a terceros, ascendiendo el número a 80 millones, no evitó mencionar a las otras potencias. Afirmó que los envíos de Rusia y China eran esfuerzos "que buscan influenciar al mundo con sus vacunas".
Estas declaraciones, medidas y políticas anti-China son un accionar temerario para los grupos de activistas y algunos miembros del Congreso. "Necesitamos distinguir entre críticas justificadas al historial de derechos humanos del gobierno chino de una mentalidad de la Guerra Fría. La cual usa a China como chivo expiatorio de nuestros propios problemas domésticos y demoniza a los estadounidenses de origen chino", declaró el representante Ilhan Omar, legislador del distrito de Minnesota.
Otros políticos a favor de otra perspectiva sobre las relaciones con Pekín argumentan sobre la necesidad de un actuar conjunto por diversos objetivos, como el cambio climático. Como remarcó Mark Pocan, legislador del distrito de Wisconsin, de aprobarse el proyecto de ley bipartidista contra China, Estados Unidos gastaría 530 mil millones de dólares más que el país asiático en defensa militar.
Aunque no se busca frenar el proyecto de ley u otras acciones como beneficio hacia Estados Unidos, legisladores y activistas se preocupan por las consecuencias en la población civil. Con el proyecto de ley bipartidista ya en pie y tomando fuerza en la Casa Blanca, junto a las acciones llevadas a cabo internacionalmente, los asiáticos americanos serían los más vulnerables.