Foto: Manuel Villar
La cámara baja de Chile comenzó a debatir una medida para destituir al presidente Sebastián Piñera por las acusaciones de no poder salvaguardar los derechos humanos durante semanas de disturbios, una prueba política que puede golpear a su tambaleante presidencia.
Con el inicio de protestas en octubre por un aumento en las tarifas del metro, rápidamente se descontrolaron, dejando 26 muertos, miles de millones de dólares en daños y denuncias generalizadas de abusos por parte de las fuerzas de seguridad.
Sebastián Piñera, un hombre de negocios multimillonario, ha llevado la peor parte de la culpa. Su índice de aprobación a fines de noviembre cayó al 10%, el más bajo para un presidente desde el regreso de Chile a la democracia en 1990. Pero las probabilidades de juicio político siguen siendo largas.
Incluso si la votación en la cámara baja alcanza la mayoría simple necesaria para trasladar el debate al Senado, los legisladores de coalición que gobiernan allí pueden bloquear fácilmente los dos tercios de los votos necesarios para su destitución.
Es probable que los esfuerzos para destituir al presidente de Chile no tengan éxito debido a la composición del Congreso, indicó Maria Luisa Puig, especialista latinoamericana del Grupo Eurasia, y agregó que, en realidad, la ira del público fue más allá.
Las quejas más prominentes, desde revisar el sistema de pensiones de Chile hasta reducir drásticamente el costo de los servicios públicos, se remontan a decisiones tomadas antes de la actual gestión del mandatario.
Diversos legisladores de oposición detrás de la acusación dicen, quien al principio de la crisis declaró a Chile en guerra con un enemigo poderoso, no actuó lo suficientemente rápido como para erradicar los abusos policiales.
Ese argumento llevó al Senado de Chile a censurar al exministro del Interior y primo de Piñera, Andrés Chadwick, despojándolo de su derecho a ocupar cargos públicos durante cinco años.
Los abogados del Presidente de Chile sostiene que no existe un vínculo entre sus acciones y cualquier irregularidad constitucional.
Varios grupos de derechos internacionales han condenado los abusos policiales. El mandatario prometió reformas profundas a los protocolos policiales.
Un debate largo en la Cámara de Diputados podría dañar aún más la imagen de Piñera. Si la cámara aprueba la moción de juicio político, el Senado deberá escuchar las acusaciones en su próxima sesión.
Piñera es el primer presidente en enfrentar cargos de destitución en Chile en más de 60 años, cuando los legisladores intentaron pero no lograron expulsar al general Carlos Ibáñez del Campo.
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