Desafíos estructurales y deuda amenazan el crecimiento económico de China

 03-01-2025
Martín Olivera
   
Portada | Internacional
Foto: Pedro Basilio (NotiPress)

Foto: Pedro Basilio (NotiPress)

China enfrenta una serie de problemas estructurales que podrían retrasar por décadas sus aspiraciones de superar a Estados Unidos como la mayor economía del mundo. El país, el cual durante años experimentó un crecimiento acelerado, ahora lidia con los efectos de una burbuja inmobiliaria sin precedentes, un alto endeudamiento y una sobrecapacidad industrial, según un análisis de The Wall Street Journal. Estas dificultades debilitaron el impulso económico y generado incertidumbre sobre su futuro desempeño global.

La burbuja inmobiliaria, estallada en 2021, provocó pérdidas estimadas en 18 billones de dólares en la riqueza de los hogares chinos, según cifras de Barclays. Estas pérdidas superan ampliamente las sufridas en Estados Unidos durante la crisis financiera de 2008-2009. Además, el consumo interno se vio afectado por las estrictas restricciones aplicadas durante la pandemia de Covid-19, agravando la desaceleración económica.

Dichas proyecciones sobre el crecimiento de China, las cuales antes apuntaban a que superaría a Estados Unidos hacia 2030, cambiaron drásticamente. Actualmente, algunos analistas creen que este objetivo podría no lograrse antes de mediados del siglo XXI.

Exceso de oferta y caída del sector inmobiliario

El sector inmobiliario, un pilar clave del crecimiento económico en el país asiático, atraviesa una profunda crisis. Se estima que en el país hay cerca de 80 millones de viviendas vacías, equivalentes a la mitad del parque habitacional de Estados Unidos. Desde 2020, el gobierno impuso restricciones al endeudamiento de los desarrolladores, lo cual provocó una fuerte disminución en las ventas y la construcción de nuevos inmuebles. Si bien Pekín flexibilizó algunas restricciones y promovió el crédito barato, los resultados fueron limitados.

A esta situación se suma el elevado endeudamiento total de China, representando cerca del 300% de su PIB anual, incluyendo la deuda gubernamental, corporativa y de los hogares. Un problema particular es el endeudamiento oculto de los gobiernos locales, que utilizan vehículos financieros poco transparentes para financiar proyectos de infraestructura. Este tipo de deuda, según analistas, podría representar un riesgo mayor que el enfrentado por Estados Unidos en 2008 o Europa durante la crisis de deuda soberana.

Sobrecapacidad industrial y tensiones comerciales

En un intento por consolidarse como líder tecnológico e industrial, China invirtió masivamente en su capacidad productiva. Sin embargo, el exceso de oferta generado por esta estrategia causó una caída en los precios de los productos industriales durante los últimos dos años. Esto llevó a los fabricantes a depender de los mercados internacionales, intensificando las tensiones comerciales con Estados Unidos y otros países emergentes como Brasil e India.

Además, China enfrenta un problema demográfico. La población en edad de trabajar comenzó a reducirse, revirtiendo el "dividendo demográfico" que durante décadas impulsó su crecimiento económico. Este cambio podría limitar aún más su capacidad de recuperación y afectar su competitividad en el largo plazo.




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