Los simpatizantes del saliente presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiraron las vallas que rodeaban el Capitolio, logrando ingresar al edificio el 6 de enero para manifestarse en contra de la victoria de los demócratas en la Casa Blanca. En plena sesión de ambas cámaras del Congreso para verificar la victoria de Joe Biden, los manifestantes pro Trump atravesaron el perímetro para reafirmar, no aceptan el resultado de las elecciones de 3 de noviembre de 2020. Esto lo hicieron con base en amenazas, disparos y símbolos racistas, generando caos dentro del recinto.
En este sentido, algunos de los manifestantes, quienes llamaron "traidores" a los agentes de policía que intentaban cerrarles el paso, pelearon con ellos, abriéndose paso dentro del Capitolio. Bajo esta línea, los agentes policiacos intentaron dispersar a la multitud con gas pimienta, según informa la cadena de televisión CNN. Por otro lado, también se reportó a través de redes sociales el uso de gas lacrimógeno, pero no se tiene claro aún si fue por parte de la fuerza policiaca o de los manifestantes.
Dicha situación llegó al cierre del Capitolio, recinto el cual alberga las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos. Asimismo, la sala de sesiones de la Cámara de Representantes fue evacuada, así como el vicepresidente estadounidense Mike Pence y otros legisladores. De igual forma, el diario The New York Times reportó, un grupo de seguidores de Trump irrumpió en el edificio y protagonizó un enfrentamiento armado con los agentes de seguridad del Capitolio.
Por su parte, Dan Kildee, legislador demócrata, informó desde el interior del Capitolio, la policía desenfundó armas contra los manifestantes que intentaban irrumpir la sesión de la Cámara de Representante. "Responsables de seguridad de la Cámara y la policía del Capitolio tienen sus armas desenfundadas, mientras manifestantes golpean la puerta principal. Se nos ha indicado que nos tumbemos en el suelo y nos pongamos máscaras antigas", indicó en un tweet.
A través de un anuncio especial hecho mediante los parlantes del Capitolio se estableció, debido a "una amenaza de seguridad externa", nadie podría entrar o salir del recinto. De igual forma, los periodistas presentes en la sesión permanecerán en la sala hasta nuevo aviso de las autoridades. Diversas cadenas de televisión alrededor de todo el mundo reportan una mujer herida en estado crítico tras recibir disparos en los disturbios. Después de registrar disparos, disturbios y símbolos racistas, el Capitolio entró en pánico y se declaró un toque de queda ante las posibles protestas.