
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La estancia de Elon Musk en la Casa Blanca dejó un legado de controversia mediática sobre una caja de pandora por el control del presupuesto y la información en Estados Unidos. De acuerdo con la secretaria Karoline Leavitt, el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) dirigido por Musk representa una victoria en cortes al gasto público, y se designarán nuevas autoridades para ocupar el puesto de dirección.
DOGE y la caja de Pandora
Tras una serie de diferencias entre sus objetivos personales, el desempeño de Tesla en la bolsa de Wall Street, y el gobierno del presidente Donald Trump, Elon Musk decidió retirarse de su cargo como director de DOGE. A través de declaraciones oficiales en X, el empresario señaló que su equipo personal abandonará el departamento para dar lugar a un nuevo equipo gubernamental designado por la presidencia.
Si bien Musk mantiene optimismo por los alcances del control de gasto y presupuesto emprendidos por DOGE, especialistas en ciberseguridad expresaron su preocupación e inconformidad por el manejo de la agencia gubernamental. Para el criptógrafo estadounidense, Bruce Schneier, el acceso y control de la información de todos los niveles de la sociedad y el gobierno al alcance de la agencia DOGE representan una caja de pandora por el posible mal uso de datos y la posibilidad de comprometer la información sensible de toda la nación.
Diferencias entre Musk y el gabinete del presidente Trump
En el contexto de los recortes de DOGE, los cambios en el sector educativo, energético, y tributario generaron un impacto sobre las instituciones educativas, miembros del gabinete presidencial, y los poderes de la nación. Respecto al primer caso, la Universidad de Harvard y el presidente Trump sostienen un antagonismo relacionado con el control de la plantilla estudiantil y docente, mismo que repercutió en recortes y políticas antimigratorias dirigidas a la máxima casa de estudios.
Las tensiones entre Musk y miembros del gabinete están marcadas por el manejo de los ingresos tributarios y las apariciones públicas del empresario, entre las cuales resaltó la despedida con el presidente Trump. Durante esta ceremonia del 30 de mayo, el exdirector de DOGE apareció en la oficina de la Casa Blanca con un ojo morado, factor que elevó las especulaciones sobre conflictos al interior de la política estadounidense.
Esta problemática se extendió a las decisiones de la Cámara de Representantes, entre las que se encuentra el término de los créditos fiscales para paneles solares y otros tipos de energías limpias. Debido al impacto de esta legislación sobre el mercado de vehículos de Tesla, la empresa señaló que podrá sostener una capacidad de más de 60 gigavatios a nivel anua.
Caída en las acciones de Tesla y las promesas incumplidas
Con motivo de la caída del 32 por ciento en las acciones de Tesla en marzo, Musk decidió colocar sus prioridades sobre la gestión de la empresa. Según el empresario originario de Sudáfrica, el emprendimiento de vehículos con energías limpias tiene por objeto el desarrollo de la inteligencia artificial para los pilotos automáticos. Sin embargo, las promesas incumplidas en Tesla generaron diferencias clave al interior de la empresa, especialmente tras los tiempos de desarrollo de tecnología prometidos por Musk.
Polémicas por uso de ketamina y promesas incumplidas
Aunado a las diferencias entre Musk y Trump, el exdirector de DOGE fue objeto de una polémica de gobierno por el presunto consumo habitual de ketamina, anestesia con propiedades disociadoras y alucinógenas. Si bien Musk negó las acusaciones difundidas por el medio estadounidense, New York Times, los efectos sobre su imagen pública coincidieron con la pérdida personal de 113 mil millones de dólares.
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