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La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene como estrategia nacional en materia de inteligencia artificial (IA), un conjunto de principios regulatorios para el desarrollo de este sector en instituciones privadas. El objetivo es lograr que Estados Unidos adopte esta tecnología con una perspectiva ética y técnica. Asimismo, el gobierno estadounidense recalca no tener que decidir entre libertad y tecnología, por el contrario, pretende hacerse de ambas. La Iniciativa Americana de Inteligencia Artificial busca enfocar los recursos del gobierno federal con el fin de aumentar la prosperidad de la nación y mejorar su seguridad económica, del mismo modo, implementar una calidad de vida más alta para la población estadounidense.
El comunicado emitido por la Casa Blanca, destaca que las innovaciones en inteligencia artificial resultan provechosas en función de cubrir las necesidades de diversos sectores tales como la creación de tratamientos personalizados contra el cáncer, afinaciones para la problemática de búsqueda y rescate en desastre naturales y una mejora de carreteras para mayor seguridad. Acerca de las preocupaciones de la población sobre la privacidad de datos y las interrogantes de si es seguro optar por utilizar la tecnología emergente, el Estado responde, "Podemos avanzar de una manera que refleje nuestros valores de libertad, derechos humanos y respeto por la dignidad humana".
Anteriormente, el presidente de Estados Unidos había comunicado, por medio de una orden ejecutiva, cuáles eran las piezas clave de enfoque múltiple que se iban a implementar en su mandato en función de desarrollar un mejor aprovechamiento y aceleramiento del liderazgo de su país en esta área.
Entre ellas se encuentra invertir en la investigación y desarrollo de inteligencia artificial por medio de las agencias federales, también mencionó las ideas de vanguardia, la designación de los recursos informáticos disponibles y mantener las protecciones de confidencialidad. Igualmente, pondrá atención en la creación de una guía para el uso de diferentes tipos de tecnología y sectores industriales, así como en la implementación de programas de becas y capacitaciones en función de desarrollar las habilidades necesarias para trabajar correctamente con la inteligencia artificial, y por último, la administración se compromete a promover un entorno internacional que respalde y abra los mercados a las empresas estadounidenses, protegiendo en todo momento la seguridad nacional y económica del país contra competidores estratégicos y adversarios extranjeros.
Invertir en las industrias de vanguardia del futuro y las tecnologías emergentes se ha convertido en una prioridad para Donald Trump. Los norteamericanos son conocidos por ser de los primeros desarrolladores y líderes internacionales en inteligencia artificial, sin embargo, el presidente señala que a medida que aumenta el ritmo de la innovación, Estados Unidos debe permanecer activo y no asumir un liderazgo garantizado.
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