Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress/Composición)
A pesar de prometer mantenerse al margen, Elon Musk no pudo reprimir su necesidad de entrar en la campaña presidencial. Luego del atentado a Donald Trump, el CEO de Tesla se solidarizó con el expresidente. Pero su mensaje de apoyo no quedó solo en palabras, pues días después se conoció la intención de Musk de donar más de 45 millones de dólares a la campaña de Donald Trump. No obstante, más allá de su afinidad ideológica, muchos se sienten desconcertados por el apoyo descomunal hacia Trump. Esto teniendo en cuenta que la empresa de Musk apuesta por la energía renovable, mientras que la ecología no es una prioridad en la agenda de Trump.
Luego de que Trump anunciara la reducción de todas las inversiones de la administración Biden en infraestructura e incentivos para la carga de vehículos eléctricos, desde Tesla podrían tener una razón para preocuparse. El candidato anunció en la Convención Nacional Republicana que le pondría fin al "mandato de vehículos eléctricos" a partir del primer día de su administración.
Por otro lado, si Trump revierte la Ley de Reducción de la Inflación del presidente Biden, el efecto se haría ver en las ventas de vehículos Tesla, las cuales han sido paupérrimas en 2024. La marca se ha visto afectada por la creciente competencia, lo que ha obligado a Tesla a bajar sus precios. Además, las polémicas declaraciones que Musk vierte en redes sociales han provocado también una caída de las ventas de un 6,3% en el segundo trimestre de 2024.
En efecto, el apoyo de Musk a Trump puede representar otra herida para Tesla. A pesar de que tanto el partido republicano como el director ejecutivo de Tesla están de acuerdo en eliminar el crédito fiscal para vehículos eléctricos, Musk publicó en X en julio: "eliminen los subsidios, sólo ayudarán a Tesla", la compañía no sería lo que es hoy sin el préstamo de 475 millones de dólares por parte del Departamento de Energía. Otras empresas de Musk también dependen de contratos gubernamentales como SpaceX o Starlink.
No obstante, Musk ha tenido un trato más cordial con Trump que con Biden. A pesar de colaborar con miles de millones de dólares, la administración del actual presidente ha mantenido distancia con Musk, llegando al punto de abrir investigaciones contra Tesla por supuesto fraude bursátil y electrónico.
Musk, por su parte, criticó al gobierno de Biden diciendo en 2021 que su administración "no es muy amigable". Aun así, la tensión pasó a niveles más elevados con la donación de Musk a la campaña de Donald Trump y su iniciativa de enfilar a Silicon Valley detrás del mando del candidato republicano. "Estoy enfermo", publicó Biden en X, "de Elon Musk y de sus amigos ricos tratando de comprar esta elección", agregó en una segunda publicación el presidente.
Bajo una posible nueva administración de Donald Trump, Tesla podría beneficiarse a corto plazo al reducirse los impuestos corporativos, como las regulaciones empresariales en torno a las acusaciones de abuso laboral o discriminación racial y de género que enfrenta la compañía. Sin embargo, la administración Trump podría herir de muerte "la transición del mundo hacia la energía sostenible", como afirma el sitio web de Tesla. El partido republicano tiene más simpatía por la industria del gas y del petróleo en detrimento de la energía solar y eólica. Musk puede no haber medido las consecuencias del particular estilo pasional, el cual lo caracteriza al momento de avanzar sobre lo que llama su atención. Con un posible segundo mandato de Trump, quizás pueda ver esos efectos.