Foto: Meredith Petrick en Unsplash
Un estudio realizado por el departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland detalla que las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos también impactan el medio ambiente. La situación de ambas naciones tiene repercusiones ambientales, desde la intensa contaminación por nitrógeno y fósforo, hasta la producción agrícola.
A raíz del bloqueo comercial de Estados Unidos hacia China, los impactos ambientales de los dos países se extienden a través del comercio internacional. Un aspecto que agrega una presión adicional sobre los ecosistemas ya afectados, por ejemplo, el Amazonas en Brasil.
Con el estudio realizado por la Universidad de Maryland, los investigadores pudieron cuantificar y mapear varios impactos ambientales importantes, incluida la contaminación de nutrientes y el consumo de agua de riego. Guolin Yao, coautor del estudio explicó: "Las negociaciones comerciales a menudo se han centrado en impactos económicos y políticos directos, pero no en los impactos al medio ambiente".
Por otra parte, el otro coautor del estudio Xin Zhang agregó que las tensiones comerciales tienen impactos variables, a veces opuestos y sorprendentes para diferentes regiones o para diferentes preocupaciones ambientales. "El impacto ambiental también debería estar incluido en las políticas para mitigar los problemas comerciales entre China y Estados Unidos", apuntó.
En 2020, Estados Unidos impuso aranceles de hasta el 25% a productos importados de China, incluidos productos como la soya y otros alimentos agrícolas. Ante el inminente bloque comercial, la administración del presidente Xi Jinping fue buscar otros países que pudieran satisfacer la demanda de soya en el país.
Brasil fue uno de los países que levantó la mano para satisfacer la demanda ampliando en un 39% la tierra dedicada a la producción de la leguminosa. Con esta acción, la deforestación masiva de la región amazónica dejó una pérdida de hasta 13 millones de hectáreas de la selva tropical.
De acuerdo con los especialistas, durante dos décadas de crecimiento del mercado global de la soya llevaron al a deforestación a gran escala de la selva amazónica. La demanda de este producto agrícola en China pudo haber ascendido a unos 37 millones de toneladas. Esa fue la misma cantidad que Estados Unidos importó en 2016, una situación que hasta el momento se desconoce el impacto medioambiental.
China depende en gran medida de las importaciones de diversos productos, Estados Unidos es uno de sus tres socios más importantes seguido por Brasil y Argentina. Ahora, los científicos de la Universidad de Maryland buscan un cambio hacia una mejor gestión de los recursos naturales en todo el país. La evidencia sólida de los datos duros puede generar una mayor conciencia sobre la gestión del medio ambiente y preparar el escenario para evitar riesgos ambientales.
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