Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Un tema recurrente tanto en el debate político y económico es el libre mercado, donde frecuentemente se le atribuyen problemas o beneficios que no necesariamente le corresponden. Desde los años 80, prevaleció una narrativa la cual presenta esta época como un auge del laissez-faire, asociando este periodo con desregulación, crisis y desigualdades económicas. Sin embargo, diversos análisis de David Brady Jr. del Instituto Mises, cuestionan si este libre mercado fue alguna vez una realidad plena o más bien una construcción retórica.
A lo largo del tiempo, el concepto del libre mercado estuvo rodeado de interpretaciones variables, especialmente en Estados Unidos. Durante la Guerra Fría, el "capitalismo estadounidense" se posicionó opuesto al modelo de "comunismo soviético". En este contexto, políticas económicas llamadas "libres" ganaron apoyo, aunque muchas contenían elementos intervencionistas. Tratados como el TLCAN, por ejemplo, fueron presentados como avances del comercio libre, a pesar de incluir extensas regulaciones sobre importaciones, exportaciones y controles de divisas.
La administración Reagan es frecuentemente citada como un periodo emblemático del libre mercado. Sin embargo, si bien se implementaron políticas de reducción de impuestos y ajustes regulatorios, el marco regulatorio general heredado del New Deal y de la Gran Sociedad permaneció intacto. Algunos críticos sostienen que estas intervenciones fueron responsables de crisis como la de 2008, señalando que los controles de tasas de interés por parte de los bancos centrales jugaron un rol clave.
Brady Jr. reflexiona sobre cómo el uso de términos positivos como "libre mercado" o "libre comercio" puede llevar a malentendidos sobre la naturaleza real de las políticas aplicadas. Estas etiquetas suelen ser suficientes para que amplios sectores apoyen medidas sin profundizar en su contenido. Por ejemplo, el término "desregulación" fue asociado con políticas las cuales en muchos casos resultaron en una mayor intervención estatal disfrazada de apertura económica.
Los críticos de esta narrativa, incluidos algunos economistas, subrayan la importancia de diferenciar entre lo cual realmente constituye un mercado libre y lo que son políticas intervencionistas. Según esta perspectiva, las críticas al libre mercado son a menudo críticas a sistemas que, en realidad, no operaron bajo los principios del laissez-faire, sino bajo una combinación de intervenciones y restricciones estatales.
Este debate, de acuerdo a David Brady Jr. sigue vigente y plantea preguntas fundamentales sobre cómo se entiende y se aplica el concepto de libre mercado en las políticas económicas. Para algunos, el problema radica en una confusión conceptual que llevó a culpar al mercado de problemas originados en el intervencionismo. Por ello, los expertos llaman a un análisis más detallado y crítico de las políticas económicas, distinguiendo entre los principios teóricos del libre mercado y las prácticas gubernamentales que se le atribuyen.