Ciudad de México,
Ali Figueroa
Crédito foto: X @DanielNoboaOk
Las candidaturas de Daniel Noboa y Luisa González en Ecuador se enfrentan a un panorama de inseguridad nacional atravesado por los intereses del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En caso de ser electo y cumplir por un segundo mandato, Noboa buscará la contratación de fuerzas armadas estadounidenses para combatir al crimen organizado.
Durante una entrevista en radio nacional el primero de abril, Noboa reveló que el Gobierno de Ecuador propuso la instalación de bases militares estadounidenses. Asimismo, informó que las fuerzas armadas de Estados Unidos prestarán sus servicios en materia de vigilancia de pesca ilegal y actividades relacionadas con el narcotráfico.
Noboa subrayó que su homólogo en Estados Unidos persigue una iniciativa ejecutiva para designar a los miembros del crimen organizado como grupos terroristas en Ecuador. En un comunicado del 20 de enero de 2025, la Casa Blanca estableció que los carteles del narcotráfico serán considerados cédulas del terrorismo debido al riesgo en materia de seguridad nacional.
La cooperación militar entre Ecuador y Estados Unidos presentó un crecimiento en 2024, año en que las fuerzas armadas estadounidenses entrenaron a 400 oficiales nacionales y 900 judiciales ecuatorianos. Según la Embajada de Estados Unidos en Ecuador, el gobierno estadounidense busca fortalecer el sistema judicial y la impartición de justicia respecto a los canales digitales del crimen organizado.
Asimismo, la relación entre Noboa y Erik Prince, empresario y exmilitar estadounidense, puso el foco de atención en el futuro de los operativos de los soldados norteamericanos en América Latina. En el perfil oficial de X, Prince reiteró que tiene un plan para combatir el crimen organizado en modalidad offshoring en colaboración con el presidente y candidato ecuatoriano.
Respecto a las actividades del exmilitar, una investigación publicada por Primicias informó que fue el fundador y director de Blackwater, una firma de contratistas con injerencia en la guerra de Irak entre 2003 y 2005. Bajo esta linea, las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos impulsaron las discusiones respecto a la injerencia militar latinoamericana, especialmente de cara a casos como la cárcel de Nayib Bukele en El Salvador.
El Buró de Asuntos Occidentales señaló que la historia de asistencia militar de Estados Unidos en Ecuador ubicó a la frontera con Colombia como un destino crítico de las fuerzas armadas. En el contexto de elecciones ecuatorianas en 2025, la reelección de Daniel Noboa representa una oportunidad estadounidense para fortalecer sus operaciones de entrenamiento y vigilancia ante Colombia.
Cabe señalar que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, sostiene un discurso crítico hacia la política exterior de Estados Unidos, en particular con el cambio de gobierno y elección de Trump. Con motivo de la designación de las cédulas del narcotráfico como grupos terroristas, el mandatario colombiano reiteró que su homólogo estadounidense sostiene una política de imposición y expansión.