Ciudad de México,
Noelia Acuña
Crédito foto: Truth Social @realDonaldTrump
La estrategia política de Donald Trump tomó un giro calculado y relativamente silencioso, una sorprendente desviación de sus campañas anteriores, conocidas por ataques directos y constantes contra sus oponentes. Mientras Joe Biden enfrenta crecientes críticas y desafíos dentro de su propio partido, Trump ha optado por una táctica de observación, permitiendo a los demócratas que se desgasten en disputas internas y problemas políticos.
En la plataforma en Truth Social, Trump intervino estratégicamente, aprovechando momentos clave como el desliz de Biden al referirse a Kamala Harris como "vicepresidenta Trump". Este incidente, ampliamente difundido en redes sociales, fue recibido con una reacción contundente pero medida por parte del expresidente, quien prefirió comentar sutilmente sobre el error sin aumentar el ataque directo.
Ron Bonjean, estratega republicano, interpretó este cambio en la estrategia como un ejercicio de disciplina por parte de Trump. Según Bonjean, la decisión de no interferir mientras los demócratas se enzarzan en sus propias disputas es un movimiento estratégico inteligente: "¿Por qué quitarles la pala cuando están cavando su propio hoyo?". Que Biden haya rechazado someterse a pruebas cognitivas y se mantenga firme en su decisión de reelección es una señal cuyo principal beneficio recae en Trump.
Pese a su aparente retiro estratégico, Trump no desapareció completamente de la esfera pública. Continuando con una serie de apariciones en mítines y entrevistas, mantuvo su presencia activa en la política estadounidense. En estos encuentros, Trump no dejó pasar la oportunidad de criticar a Biden y a la izquierda del Partido Demócrata, acusándolos de división y falta de dirección clara. Esto, después de conocerse que la mitad de los votantes demócratas pide la renuncia de Biden.
Algunos expertos como Kevin Madden, conocido por su experiencia en comunicaciones republicanas, destacaron la estrategia actual de Trump y la calificaron como más calculada y disciplinada en comparación con sus campañas anteriores. Esta vez, el enfoque parece estar visibilizar las debilidades de Biden para que se magnifiquen por sí solas, en lugar de atacarlas directamente desde el principio.
El reciente debate entre Biden y Trump fue un punto de inflexión. Los republicanos, incluido Corey Lewandowski, exdirector de campaña de Trump, elogió la efectividad de dejar que la campaña de Biden se "autodestruya". Este enfoque fue respaldado por una planificación meticulosa previa al debate, diseñada para resaltar las diferencias de edad y vitalidad entre los dos candidatos.
Por encima de esto, se acerca la convención del Partido Republicano en Milwaukee, Wisconsin, del lunes 15 al 18 de julio de 2024, Trump se prepara para aceptar oficialmente la nominación presidencial de su partido. Este encuentro busca marcar un hito fundamental en su estrategia, donde se espera que Trump vuelva a tomar el centro del escenario para dirigir su mensaje directamente a los votantes estadounidenses.
No obstante, la campaña de Biden se enfrenta a la creciente presión interna y a las críticas externas sobre la idoneidad del presidente para un segundo mandato. Algunas voces dentro del Partido Demócrata, incluidos congresistas como Debbie Dingell, expresaron frustración por la falta de enfoque en Trump y la persistente preocupación por la capacidad de Biden para enfrentar un desafío electoral formidable como el expresidente.