Foto: X @iskream_23
Una serie de protestas han tomado relevancia en diferentes puntos del mundo, todas tienen algo en común: los levantamientos están protagonizados por un grupo demográfico que expresa su hartazgo a los gobiernos de turno así como también a las desigualdades económicas. Se trata de la generación Z que, bajo el respaldo de las tecnologías digitales, logró organizarse para protestar con objetivos comunes. En efecto, esta franja etaria nacida entre 1997 y 2012, se convirtió en un actor clave de transformación política a nivel global.
Si bien durante los últimos años, muchos países en Asia y África se han revelado contra sus gobiernos, como lo fueron Sri Lanka, Bangladesh, Kenia e Indonesia. Sin embargo, los levantamientos han sido cada vez más protagonizados por la generación Z. La presencia de estos jóvenes se hizo notar durante el derrocamiento del primer ministro de Nepal, Khadga Prasad Shrama Oli, acusado de mantener un gobierno basado en el nepotismo y la corrupción. Este hito inspiró a jóvenes de otros países, entre ellos, Madagascar, donde varios jóvenes lograron la destitución del presidente Andry Rajoelina.
Mientras tanto, Perú se sumó a la nueva ola de protestas de la generación Z contra el gobierno. Al principio, el Gobierno subestimó el levantamiento. La presidenta Dina Boluarte criminalizó a los jóvenes a través de sus canales de difusión y agregó que esta generación se encuentra presuntamente manipulada. Finalmente, la presión social alcanzó para que el Congreso destituyera a la mandataria, convirtiéndose así en otro jefe de Estado derrocado por la generación Z.
La movilización masiva de jóvenes peruanos tuvo como precedente la reforma al sistema de pensiones, donde los trabajadores independientes deberán aportar el 2% de sus ingresos a partir de 2028. Información de redes sociales consultada por NotiPress señaló que la generación Z de Perú también denunció el incremento de la violencia por parte del crimen organizado.
Según la cobertura de las Naciones Unidas, las protestas masivas de jóvenes fueron objeto de abuso contra los derechos humanos debido a los actos de represión, mismos que incluyen el asesinato de 22 jóvenes nepaleses. No obstante, gracias a la destreza tecnológica y familiaridad con las redes sociales, la generación Z logró un nivel de organización que trascendió las calles. Este grupo también utilizó las plataformas para injerir en el sistema democrático. En Nepal, varios usuarios eligieron a una autoridad interina por medio de Discord.
La cultura de internet tuvo un papel fundamental en las protestas masivas de la generación Z en Asia y Latinoamérica. Al tener un código en común, los jóvenes lograron un nivel de organización que sobrepasó todas las estructuras partidarias y así, poder catapultar una causa común. Las marchas contaron también con símbolos comunes, principalmente, los sombreros de paja del manga creado por Eiichirō Oda: One Piede, que le dieron una insignia que unificaba a todos los levantamientos del mundo estelarizados por esta generación.
Al encabezar el episodio de protestas por desigualdades económicas y violencia a nivel internacional, la generación Z dejó un recordatorio demográfico: los jóvenes ya no son el futuro, son el presente. El lugar que ocupa esta generación en la economía mundial es cada vez más dominante. De acuerdo con la Escuela de Economía de Londres, el ingreso de esta generación a los mercados laborales y su posicionamiento como sujetos con peso democrático-electoral aspira a marcar un nuevo tipo de organización social.
Contenido actualizado el 17-10-2025 10:10
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