Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Un amplio despliegue militar de Estados Unidos en aguas del Caribe intensificó las tensiones con Venezuela. El Pentágono informó sobre la movilización de buques de guerra, submarinos y 4.000 marines, en el contexto de operaciones de patrullaje y vigilancia aérea dirigidas contra el narcotráfico en América Latina. La misión se extenderá durante varios meses y mantiene presencia en aguas internacionales próximas al territorio venezolano.
Dentro de las unidades desplegadas se encuentran el crucero de misiles guiados USS Lake Erie y el submarino nuclear USS Newport News. También se movilizó un escuadrón anfibio conformado por el USS San Antonio, el USS Iwo Jima y el USS Fort Lauderdale, con 4.500 efectivos a bordo, incluidos 2.200 infantes de marina. Tres destructores de la clase Arleigh Burke —USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson— completan la flota con capacidad de defensa aérea y marítima.
El Pentágono confirmó igualmente la participación de aviones de patrulla P-8 Poseidon, destinados a labores de inteligencia, vigilancia y control de rutas empleadas por organizaciones criminales transnacionales. De acuerdo con The New York Times, la operación está vinculada a una estrategia más amplia de seguridad nacional. La misma incluye la designación de cárteles latinoamericanos y grupos como el Tren de Aragua como organizaciones terroristas globales.
Desde Caracas, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, anunció un refuerzo de las fuerzas venezolanas en distintos puntos del territorio marítimo. En una declaración difundida en redes sociales aseguró: "Aquí vamos a tener también un despliegue importante con drones con distintas misiones, puntos de atención ciudadana, puntos de exploración y vigilancia, puntos o recorridos fluviales con la Infantería de Marina por todos los ríos, patrullas navales en el Lago de Maracaibo, patrullas navales en el Golfo de Venezuela y buques de mayor porte, más arriba al norte, en nuestras aguas territoriales".
El presidente Nicolás Maduro también reaccionó de manera ferviente a la presencia militar estadounidense. El 25 de agosto declaró: "a Venezuela no la toca nadie, activamos todas las fuerzas y el poder nacional para defender al territorio venezolano de las amenazas ilegales, inmorales y criminales del imperio de los Estados Unidos".
Además, el ministro de Exteriores, Yván Gil, trasladó estas preocupaciones al secretario general de la ONU, António Guterres, en una reunión con el coordinador residente Gianluca Rampolla. Según la Cancillería, el gobierno venezolano espera que Naciones Unidas ayude a "restablecer la sensatez" en América Latina y el Caribe. Guterres, a través de su portavoz adjunta, pidió a las partes "desescalar las tensiones y ejercer la contención".
Las tensiones bilaterales se suman a un escenario en donde Washington duplicó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro, a quien acusa de violar leyes estadounidenses sobre narcóticos. Caracas rechaza estas acusaciones y señala que su territorio no alberga cultivos ilícitos, citando el Informe Mundial sobre las Drogas 2025 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.