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Datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS), el 13 de julio de 2022, revelaron que la inflación batió un nuevo récord en junio de 2022. La tasa interanual creció un 9.1 por ciento y la subida mensual de los precios de consumo llegó a 1.3%, una cifra no vista desde hace 40 años.
Según el documento, el alza de los precios de la gasolina y los alimentos fue lo que más influyó en esta nueva escalada de la inflación. Además, la cifra superó al máximo registrado en mayo el cual fue de 8.6%, una cifra más alta de lo proyectado (8.8%) por economistas en Estados Unidos.
Estadounidenses enfrentaron costos récord del combustible, con una media nacional que superó los 5 dólares por galón en todo el país. En general, los precios de la energía subieron un 41.6% interanual; sin embargo, los aumentos se percibieron en todas las categorías. Por ejemplo, los precios al consumidor aumentaron tanto, al grado de llegar a un 12.2%; entre ellos, cereales, 12.2%, lácteos 13.5% y carnes un 13.8%
La persistente aceleración de los precios ha tenido un impacto en los bolsillos de los estadounidenses por el incremento de los precios en comparación a los ingresos promedios. Particularmente, las personas con menores ingresos se ven más afectadas, debido a que el sueldo destinado a elementos esenciales como vivienda, transporte y comida se ven desproporcionados.
Aunado a ello, los costos de envío y los precios de los productos básicos tuvieron un ligero incremento y los aumentos salariales se han desacelerado. Es decir, las expectativas de inflación de los estadounidenses a largo plazo se han relajado, una tendencia que apunta a incremento de precios más moderados con el tiempo.
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