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De acuerdo con los especialistas del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la recuperación económica en América Latina después de la pandemia de Covid-19 podría realizarse a través de inversiones con criterios medioambientales, sociales, y de gobernanza empresarial (ESG, por sus siglas en inglés), con motivo de los beneficios que representan para el Producto Interno Bruto (PIB) y la respuesta a mediano y corto plazo frente cambio climático.
A partir de un análisis basado en las repercusiones económicas y sociales de la crisis sanitaria por Covid-19 en América Latina, donde tan solo México reporta una cifra de 390 mil 516 casos, y Brasil se encuentra en segundo lugar a nivel mundial con 2 millones 419 mil contagios, el WEF advierte que el PIB en esta región del continente mostrará un declive importante, motivo por el que se requiere un plan de recuperación económica con la capacidad de responder frente a las complicaciones derivadas de las medidas de contingencia principales, con una consideración especial por energías renovables y políticas de medio ambiente.
La presencia del cambio climático y el calentamiento global, como elementos centrales del medio ambiente, representan un obstáculo importante en el proceso de recuperación para las economías latinoamericanas, en tanto puede afectar sectores tan diversos como la agricultura y el turismo, mismos que ya se encuentran con afectaciones por la pandemia; sin embargo, los especialistas del WEF consideran que esta situación, donde la pandemia y el medio ambiente se encuentran estrechamente relacionadas, crea oportunidades de crecimiento y transformación en distintas áreas, orientadas a crear una economía sustentable.
Con objeto de crear dichas transformaciones y permitir la recuperación económica, el sistema financiero, a través de inversiones ESG, tiene la capacidad de generar las condiciones financieras para que empresas y organizaciones no gubernamentales atiendan las problemáticas de medio ambiente, energéticos, derechos humanos, equidad de género, violencia contra la mujer, conservación de los ecosistemas, derechos laborales, entre otros.
Según el estudio de George Kell, presidente del fondo Arabesque, las inversiones ESG tienen como característica principal una consideración de factores que no se encuentran contemplados en modelos tradicionales. Los factores incluyen la gestión de recursos naturales, respuesta de las empresas frente al cambio climático, gestión en la cadena de suministros y trato al trabajador, problemas de discriminación, y otros elementos que conforman hasta 20 trillones de dólares en activos y fondos, como indicó el WEF.
Asimismo, la inversión en infraestructura destinada al turismo es fundamental en el contexto de una recuperación económica basada en criterios ESG, debido a la importancia de este sector para los índices económicos y las complicaciones que sufre como consecuencia de la pandemia, principalmente por el confinamiento y las medidas de cuarentena. En el caso de México, la contribución del turismo al PIB fue de 15.5% en 2019.
Debido a la importancia de generar estrategias de recuperación económica, con una conciencia ambiental y social que responda a los estragos de la pandemia de Covid-19, las inversiones ESG representan una oportunidad para reactivar la economía con una mirada hacia los factores ambientales a mediano y largo plazo, entre los que resalta la rectificación de los combustibles fósiles, equidad de género, y un trato digno para los trabajadores.
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