Foto: Sam Balye en Unsplash
Las Olimpiadas son un evento capaz de reunir al mundo cada 4 años, en ellas se miden a los mas rápidos, ágiles y fuertes para saber quién y de qué país provienen. En dicho acontecimiento el Comité Olímpico Internacional (IOC, por sus siglas en ingles) marca como objetivo el promover la competición deportiva y la educación sin discriminación alguna, bajo el lema "en un espíritu de amistad, solidaridad y juego limpio".
Por lo tanto, se traduce que ningún tipo de manifestación política debería interrumpir la celebración de los Juegos Olímpicos. Sin embargo, esto no se ha cumplido a cabalidad y han existido diversos tipos de manifestaciones durante la competencia. Inclusive, lo largo de su historia, tanto boicots, como propaganda y protestas han evidenciado la crisis enfrentada por cada representante de algún país.
En la Carta Olímpica se establece como prohibido todo tipo de manifestaciones políticas en los estadios, podios y ceremonias de premiación de los Juegos Olímpicos. Así como toda manifestación con carácter social o solidario, no obstante, el IOC dio cierta flexibilidad al permitir libertad de expresión en temas de solidaridad y no discriminación en mensajes llevados a la villa olímpica, entrevistas o cualquier suceso fuera de las competencias.
Desde sus inicios, Tokyo 2020 ha estado marcado por preocupaciones de índole económica que han dejado entrever a las Olimpiadas como un gasto más que una inversión. Esto sumado a la emergencia sanitaria ocasionada por Covid-19, donde además del veto al turismo internacional, se enfrentaron a diversas manifestaciones la cuales buscaban cancelar los Juegos Olímpicos.
Tras publicar una critica a sus entrenadores en Instagram por haberla inscrito en una prueba sin haberle notificado, la velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya habría sido forzada a volver a su país. Ante dicha situación, la deportista buscó asilo político y Polonia levantó la mano para ofrecer dicha oportunidad ante la problemática presente.
Otro caso, fue el del judoca palestino de origen argelino Fethi Nourine; quien renunció a la competición al enterarse de un posible encuentro con el competidor Tohar Butbul de Israel. "Trabajamos mucho para llegar a los Juegos Olímpicos, pero la causa palestina es más grande que todo esto", dijo en entrevista. La Federación Internacional de Judo suspendió a Nourine y a su entrenador, Amar Benikhlef, quienes luego perdieron su acreditación por parte del Comité Olímpico Argelino.
De igual forma y en el mismo deporte, el judoca sudanés Mohamed Abdalarasool, también dimitió su combate contra Butbul alegando una lesión de hombro. Ante esta situación, la selección de Israel buscará que se investigue dicha postura a fondo para evitar alguna influencia política.
Ante la situación política de diversos países y las crisis sufridas por varios de los atletas, el IOC determinó la creación del Equipo Olímpico de Refugiados. En términos simples, este equipo representa la esperanza y la determinación de los deportistas, quienes buscan sobreponerse ante las problemáticas de sus respectivas naciones.
Con cuatro medallas de bronce, el deporte nacional mexicano enfrenta una de sus peores actuaciones desde los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. El recorte presupuestal al deporte de alto rendimiento, dio un duro golpe en los resultados obtenidos en Tokyo 2020 y viéndose reflejado en el medallero de México.
Basado en los datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) desde el 2011 a la fecha, el presupuesto destinado al deporte nacional se ha reducido en un 51 por ciento. La falta de apoyo, sumado a las políticas de administración de los recursos disponibles, ha generado un bajo rendimiento el cual se traduce en la falta de medallas para el país en los Juegos Olímpicos, según califican expertos.
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