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El Gran Cuerno de África ha sido una zona testigo de devastadoras guerras civiles. Pero, en tiempos recientes, también sufrió numerosos desastres relacionados con el clima, como las sequías y las inundaciones. Por tal motivo, la Unión Europea destina 122 millones de euros para asistencia humanitaria a esta región.
A partir de esta financiación se espera lograr abordar las necesidades más urgentes de las poblaciones vulnerables, en particular con asistencia alimentaria y nutricional. Además, el dinero está destinado a satisfacer las necesidades básicas, como el agua y el saneamiento en lugares con alto riesgo de brotes de enfermedades.
Los fondos se trasladarán a los socios de la UE ubicados en Etiopía (42 millones de euros), Somalia (40 millones de euros) y Sudán del Sur (40 millones de euros). Con este aporte, la ayuda humanitaria en el Cuerno de África llega a más de 421 millones de euros en lo que va del año 2024. Este fondo incluye también un refuerzo de más de 56 millones de euros movilizado en abril en respuesta a las consecuencias de la crisis en Sudán producto de la guerra civil.
"A medida que las necesidades humanitarias siguen aumentando en el Cuerno de África, también estamos aumentando nuestra ayuda humanitaria a esta región, una de las más vulnerables del mundo", asegura el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarčič. Además, agrega que "la ayuda de la UE ayudará a abordar los preocupantes niveles de inseguridad alimentaria, contribuirá a satisfacer las diferentes necesidades multisectoriales de las comunidades afectadas, contendrá la propagación de enfermedades infecciosas y apoyará a las personas desplazadas, a los refugiados recién llegados y a sus comunidades de acogida, incluidas las que huyen del conflicto en curso en Sudán".
La región afronta serias crisis humanitarias impulsadas principalmente por conflictos y crisis naturales agravadas por el cambio climático. Dentro del Cuerno de África, más de 70 millones de personas necesitan asistencia humanitaria de forma inmediata.
En Etiopía, se estima que más de 10 millones de personas se encuentran bajo una grave situación de inseguridad alimentaria durante la actual temporada de carestía (que dura entre julio y septiembre). Mientras que más de 4,5 millones de personas se encuentran desplazadas internamente, el país acoge a más de un millón de refugiados provenientes de Sudán. Al mismo tiempo, se han detectado brotes de malaria, cólera y sarampión.
Por otra parte, Somalia alberga a más de 7 millones de personas que necesitan asistencia vital. Si bien el país se está recuperando de una sequía histórica, la temporada de lluvias obligó a miles de personas a trasladarse, lo cual propagó el brote de cólera en nuevas localidades.
Y, por último, Sudán del Sur, el país más joven del mundo, pero aun así el más pobre, sigue recibiendo a los desplazados sudaneses pese a no tener las condiciones para albergarlos. Se estima que al menos 80 mil personas se encontrarán en condiciones de hambruna este verano.
Para los próximos meses, habrá nuevas inundaciones producto de las fuertes lluvias que afectarán a estos países. Por lo tanto, la asistencia humanitaria provista por la UE tiene el objetivo de socorrer lo más que se pueda a la población de estos países que de por sí se encuentra en una situación crítica.
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