
Foto: X @VoteLewko (Menorá, agujero de bala. Puente de Bondi Beach)
Miles de personas se congregaron el 21 de diciembre de 2025 en la playa de Bondi Beach, en Sídney, para rendir homenaje a las 15 víctimas del atentado antisemita perpetrado una semana antes durante la festividad judía de Janucá.
El acto central consistió en una vigilia con velas y un minuto de silencio, en memoria de quienes perdieron la vida en el ataque ocurrido el 14 de diciembre en uno de los puntos turísticos más concurridos de Australia.
Durante la ceremonia estuvo presente el primer ministro australiano, Anthony Albanese, quien asistió portando una kipá tradicional judía. El mandatario no pronunció discurso alguno tras ser abucheado por algunos asistentes, en medio de reclamos por la respuesta gubernamental frente al antisemitismo.
Días antes del homenaje, Albanese anunció que su gobierno impulsará reformas legales orientadas a reforzar la lucha contra la difusión del odio, la radicalización y la incitación a la violencia, luego del atentado contra la comunidad judía.
Las medidas contemplan la creación de un delito agravado por discurso de odio dirigido a predicadores y líderes que promuevan la violencia, además del endurecimiento de sanciones por expresiones que inciten a actos violentos.
Entre las propuestas también figura considerar el odio como agravante en delitos de amenazas y acoso en línea, así como la elaboración de listas oficiales de organizaciones cuyos dirigentes incurran en discursos que promuevan la violencia o el odio racial.
Sajid Akram, de 50 años, y su hijo Naveed Akram, de 24, están acusados de abrir fuego contra la multitud reunida en Bondi Beach. Sajid murió abatido por la policía durante el ataque, mientras Naveed permanece hospitalizado bajo custodia y enfrenta cargos por terrorismo y 15 asesinatos.
Según las autoridades australianas, los atacantes habrían actuado motivados por la ideología del grupo jihadista Estado Islámico, una línea de investigación que sigue abierta.
Este atentado, considerado uno de los más mortíferos registrados en Australia en casi tres décadas, dejó entre las víctimas a una niña de 10 años y a Alex Kleytman, un sobreviviente del Holocausto de 87 años, quien murió al proteger a su esposa durante el tiroteo.
Durante el homenaje, David Ossip, presidente del consejo judío local, afirmó: "La semana pasada nos quitaron nuestra inocencia y, al igual que el césped aquí en Bondi se manchó de sangre, también se ha manchado nuestra nación". Añadió: "¿Qué puede ser más trágico que se perdieran vidas a pesar de que todas las señales de advertencia estaban ahí?".
Los organizadores estimaron que alrededor de 20.000 personas participaron en la vigilia, en uno de los actos conmemorativos más multitudinarios registrados en la ciudad tras un ataque terrorista.
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