Foto: carbonell-law.org
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) informó, esta región del continente americano se encuentra especialmente vulnerable ante los efectos de la crisis climática. Bajo esta línea, especialistas del Banco Mundial anticipan la migración de 216 millones de personas como consecuencia de la devastación por el calentamiento global, con 17 millones concentrados en Latinoamérica. Por su parte, el reporte Groundswell Africa informó, 32 millones de habitantes al oeste de África deberán migrar de sus hogares debido a dichas afectaciones.
Durante la pandemia por Covid-19 los desastres naturales como huracanes, sequías e inundaciones representan un mayor riesgo en países con dificultades sociales y políticas. Asimismo, 2020 fue un año con alta actividad de desastres naturales; con 31 ciclones, 30 tormentas, 7 huracanes mayores, y 14 huracanes. Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), los pronósticos para 2021 muestran una cantidad equivalente o mayor de estos fenómenos meteorológicos. Mismos que representan afectaciones sociales a gran escala y pérdidas multimillonarias en la mayoría de los participantes económicos en los países más afectados.
Según el artículo del Foro Económico Mundial (WEF), la desigualdad social y geopolítica que afecta las comunidades obligadas a huir de sus hogares por falta de protección social en materia de crisis climática es un grave problema. Si bien el territorio africano fue destacado por los especialistas del foro, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera a Latinoamérica como otra región con fuertes afectaciones. Mientras la migración masiva en África podría iniciar durante 2030 y continuar hasta 2050, en Latinoamérica hay movimientos importantes desde los países más afectados en los desastres naturales, como en el caso de Guatemala, indicó CEPAL.
En América Latina y el Caribe el aumento de temperatura por calentamiento global genera escasez de agua, olas de calor, y aridez en zonas de agricultura. La falta de acceso a recursos básicos, como agua potable y comida, provocará que más personas migren a otras latitudes en búsqueda de oportunidades laborales y sanitarias. El impacto migratorio podría bajar 25% el Producto Interno Bruto (PIB) en la región, indicó el reporte Desastres y Desigualdad en una Crisis Prolongada.
Si bien estas amenazas climáticas pueden mitigarse con planificación y participación de instituciones gubernamentales y fondos monetarios, Latinoamérica y África presentan una gran vulnerabilidad debido a las variables sociales. El WEF concluyó, para generar resiliencia ante la crisis climática se necesitan entre 30 y 50 mil millones de dólares (mmd) en regiones cuyo flujo migratorio por estas dificultades alcance 30 millones. Una mejor respuesta al problema consiste en un doble flanco: reducir las emisiones contaminantes como parte de la huella de carbono cero, y generar mejores fondos para desastres y emergencias; concluyó CEPAL.
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