Ciudad de México,
Martín Olivera
Crédito foto: Martín Olivera (Composición/NotiPress)
Un desafío directo a la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, fue lanzado el martes 9 de septiembre por Nicolás Maduro tras acusaciones en su contra y el despliegue de tropas estadounidenses en la región caribeña. El mandatario venezolano reaccionó a las declaraciones de la funcionaria, quien lo llamó "narcodictador", y vinculó la participación de la isla con una posible operación militar contra su país.
En entrevista con el expresidente ecuatoriano Rafael Correa para el canal ruso RT, Maduro afirmó: "La gobernadora dijo que Puerto Rico era la base para una operación militar contra Venezuela. Lo dijo: se suma a un plan militar, yo le digo a la gobernadora de Puerto Rico: 'si usted dice que va a invadir a Venezuela venga de primera'".
Las tensiones se enmarcan en la segunda fase del despliegue naval ordenado por la Casa Blanca en agosto, que incluye la llegada de diez cazas F-35 a una base aérea en Puerto Rico. También abarca el envío de infantes de Marina para entrenamientos anfibios y ejercicios de vuelo en el sur de la isla. A raíz de estas maniobras, Maduro denunció una violación a la soberanía de Venezuela.
El jefe de Estado aseguró: "el pueblo de Puerto Rico se va a oponer a que se convierta en la base militar para agredir a sus hermanos en Suramérica". Las palabras coincidieron con protestas frente a la base aérea Muñiz, donde cientos de manifestantes rechazaron la presencia militar estadounidense y la posible reactivación de instalaciones militares antiguas.
Por su parte, la gobernadora González recibió en días previos a una delegación encabezada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y dirigentes del Pentágono. Tras ese encuentro expresó en la red social X: "Gracias presidente Trump por reconocer el valor estratégico que Puerto Rico tiene para la seguridad nacional de Estados Unidos y por su lucha contra los carteles de la droga y el narcodictador de Nicolás Maduro". Consultada sobre la duración de las operaciones, indicó: "Siguen llegando, no hay un número definido".
Desde el Palacio de Miraflores, Maduro acusó al Gobierno de Washington de promover un "relato sucio" con el objetivo de forzar un "cambio de régimen" y "robarle el petróleo, el gas y el oro" al país. En su programa semanal Con Maduro + transmitido por Venezolana de Televisión, sostuvo que "Venezuela es irrelevante en el tema del narcotráfico" y calificó la situación como una "agresión".
Mientras Maduro exponía estas acusaciones, Hegseth declaró a sus tropas en Puerto Rico que "lo que están haciendo ahora mismo no es un entrenamiento". A bordo del buque de asalto anfibio USS Iwo Jima aseguró que la misión es "vital para poner fin al envenenamiento del pueblo estadounidense". Luego concluyó: "Aquellos que aman la paz deben estar preparados para la guerra".
El Gobierno venezolano anunció como respuesta una movilización de buques, el alistamiento de milicianos y un refuerzo de 25.000 efectivos en cinco regiones costeras, de acuerdo con el ministro de Defensa Vladimir Padrino.
Maduro también recibió respaldo internacional tras una llamada con el presidente iraní Masoud Pezeshkian. Allí el mandatario asiático declaró: "Irán condena enérgicamente cualquier violación de la integridad territorial de los países y apoya la integridad territorial y al pueblo de Venezuela con todas sus fuerzas". Días antes, los cancilleres de ambos países habían discutido sobre lo que calificaron como "acciones unilaterales e intimidatorias" de Estados Unidos.