Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En un momento crítico para la seguridad global, Rafael Grossi, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), advirtió sobre el creciente riesgo de un conflicto nuclear. En entrevista con El Universal de México, Grossi compartió sus preocupaciones sobre cómo las actuales tensiones geopolíticas y la carrera armamentista están acercando al mundo a una posible catástrofe nuclear.
Con el escenario de la guerra en Ucrania y los recientes enfrentamientos en Oriente Medio, el director destacó un agravamiento en los riesgos nucleares, especialmente en zonas de conflicto activo como la planta nuclear de Zaporizhzhia en Ucrania. Esta instalación, la más grande de Europa, recientemente sufrió un ataque con drones, mostrando la fragilidad de la paz nuclear.
Por ello, el conflicto no se limita a Europa del Este. La situación en Oriente Medio se ha intensificado con el recrudecimiento de hostilidades entre Israel y Hamas, así como entre Israel e Irán, añadiendo más incertidumbre a la estabilidad regional.
Grossi subrayó que la carrera armamentista no solo persiste, sino que se intensifica, con varias potencias nucleares ampliando sus arsenales. Esta tendencia preocupante pone en relieve la urgencia de reforzar los esfuerzos internacionales para prevenir la proliferación nuclear.
El OIEA, bajo el liderazgo de Grossi, está tomando medidas proactivas para mitigar estos riesgos. Además de mantener una presencia constante en zonas de alto riesgo como Zaporizhzhia, el organismo trabaja para fomentar el diálogo y buscar soluciones pacíficas, apoyándose en su mandato de promover el uso seguro y pacífico de la tecnología nuclear.
Así, en este contexto delicado, Grossi también destacó el papel vital de México y América Latina, una región que describió como un "continente de paz". Su liderazgo, el primero de un latinoamericano al frente del OIEA, refuerza la importancia de esta visión pacífica en las negociaciones globales.
Sin embargo, Rafael Grossi, de origen argentino, reconoce que la búsqueda de soluciones es ardua. La falta de voluntad política para contrarrestar la amenaza nuclear es un desafío constante, pero es un "tesoro" que, según él, "vale la pena buscar". La determinación del OIEA de actuar va más de un agente observador, también como un agente de cambio, ahora más crucial que nunca.