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El Ministerio de Exteriores de Rusia publicó el 2 de agosto de 2019 un comunicado donde rescinde del tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) firmado en Washington en 1987, que obligaba a desmantelar y nunca fabricar misiles nucleares o convencionales con un alcance entre 500 y 5,500 km. Este comunicado es el resultado y, al mismo tiempo, el comienzo de una serie de acusaciones y eventos temidos por el reinicio de una carrera armamentística entre los países.
Rusia comunicó este viernes su retiro del tratado INF por "iniciativa de la parte estadounidense". Esta iniciativa fue la suspensión de las obligaciones por parte de Estados Unidos en febrero de 2019, así como su retirada si en 180 días la parte rusa no cumplía con las normas del tratado. Donald Trump, presidente estadounidense, tomó esta decisión por información de inteligencia la cual aseguraba la creación y despliegue de misiles prohibidos por parte de Rusia.
Así pues, Rusia negó el hecho declarando que sus misiles Novator 9M729, los principales misiles mencionados por Trump, no cubrían un alcance de 3,000 km como fue afirmado por el país norteamericano, ya que tenía un alcance de 480 km.
Mientras pasaban los 180 días fijados por Estados Unidos, las fuerzas armadas y el Pentágono del país preparaban misiles de crucero prohibidos por el tratado, uno de 1000 km de alcance para probarse en agosto y otro con un rango de 3000 a 4000 km con pruebas en noviembre.
Ahora, con ambos países fuera del tratado, Estados Unidos planea posicionar misiles en países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con puntos militarmente ventajosos para desmantelar las defensas y sistemas del lanzamiento ruso.
Serguéi Riabkov, viceministro ruso de Relaciones Exteriores, propuso una moratoria (es decir, un plazo mayor para solucionar las relaciones entre los países durante un plazo fijado) a Estados Unidos y la OTAN para el despliegue de misiles, asegurando la abstención de Rusia por posicionar un sistema parecido. Sin embargo, el viceministro declaró en entrevista no confiar en la Alianza que asegura no permitir el despliegue de misiles estadounidenses ya que "repetidamente ha incumplido sus propias promesas".
Por su parte, la OTAN dejó en claro su apoyo al país estadounidense y ve en Rusia la única responsable por la finalización del tratado. Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización, rechazó la propuesta por "no ser una propuesta creíble, porque Rusia ha estado desplegando misiles durante años".
Afirmó también, "si Rusia realmente quiere evitar los sistemas de misiles de alcance medio en Europa, puede primero dejar de desplegar sus sistemas y, en segundo lugar, destruirlos y, en tercer lugar, cumplir con el tratado INF". Ante tales afirmaciones, Riabkov declaró que "la presión y fuerza no son el lenguaje en el que permitimos que nadie nos hable, sea quien sea".
Queda por verse la resolución de estas tres partes para encontrar una forma de volver a un tratado como INF o esperar una nueva carrera armamentística de misiles de corto y mediano alcance, así como misiles nucleares por las dos potencias.
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