
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
La llegada del USS Gerald R. Ford a América Latina, considerado el portaaviones más grande del mundo, reactivó el análisis sobre posibles operaciones militares estadounidenses en Venezuela, centradas en infraestructura vinculada al tráfico de drogas. La presencia de miles de soldados a bordo coincide con una serie de operaciones en altamar que, según reportes oficiales, han dejado más de 75 personas fallecidas en enfrentamientos.
Washington sostiene acusaciones formales contra Nicolás Maduro y parte de su círculo de seguridad, señalándolos como líderes del denominado Cartel de los Soles, una estructura que estaría involucrada en el envío de estupefacientes hacia Estados Unidos. Bajo esta perspectiva, sectores de seguridad estadounidenses no descartan el uso de acciones armadas contra instalaciones estratégicas, confirmaron antiguos oficiales y analistas regionales.
De acuerdo con el Washington Post, la inteligencia militar considera como posibles blancos los laboratorios de refinación de drogas, pistas clandestinas utilizadas por avionetas en estados como Apure y Catatumbo, y almacenes del estado Sucre. También se mencionan puertos marítimos y aeropuertos identificados como puntos clave para el envío de cargamentos hacia el Caribe y Europa.
Jim Stavridis, almirante retirado de la Marina de EE.UU., señaló que el objetivo sería aplicar "ataques cinéticos de precisión contra objetivos relacionados con el narcotráfico y la capacidad militar", con la finalidad de presionar al mandatario venezolano. "Si eso no tiene el efecto deseado, contra los líderes", declaró Stavridis.
Instalaciones militares como la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) podrían incluirse en la lista de puntos estratégicos. Un ex capitán del ejército venezolano, actualmente exiliado, indicó que neutralizar el suministro de drogas afectaría directamente la capacidad económica de los actores señalados. Esta fuente, citada bajo condición de anonimato, añadió una evaluación sobre las fuerzas armadas venezolanas, cuyas deficiencias operativas reducirían la posibilidad de una respuesta militar directa.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN), guerrilla colombiana con presencia en territorio venezolano, figura como otro elemento relevante. De acuerdo con Elizabeth Dickinson, subdirectora interina del International Crisis Group, parte del personal del ELN comenzó a movilizarse hacia Colombia, anticipando posibles ataques. Informes recientes indican que esta organización mantiene una presencia activa en regiones fronterizas, operando con apoyo logístico del gobierno venezolano, según documentos revisados por diplomáticos y funcionarios.
A pesar del despliegue militar estadounidense y la retórica sobre medidas más contundentes, autoridades de la administración actual descartaron preparativos inmediatos para una ofensiva terrestre. Una reunión informativa clasificada entre funcionarios del Departamento de Estado y el Congreso reiteró la falta de un argumento legal suficiente para justificar un ataque directo.
En entrevistas con medios locales, Donald Trump declaró no contemplar una guerra con Venezuela, aunque advirtió sobre el posible fin del mandato de Maduro. Un funcionario estadounidense, con conocimiento de deliberaciones recientes, señaló una posibilidad de que la administración detenga operaciones de forma repentina, en concordancia con decisiones observadas previamente en conflictos como Yemen.
Contenido actualizado el 14-11-2025 18:51
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