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A vísperas de la elección presidencial de Estados Unidos, el servicio postal de aquel país se ha visto al centro de la polémica debido al número récord de boletas electorales que se enviarán previo a la votación del 3 de noviembre de 2020 para evitar las aglomeraciones de gente por los riesgos del coronavirus, y también por los señalamientos del presidente Donald Trump, quien busca la reelección y ha pugnado agresivamente contra el voto por correo. A continuación, los puntos clave para entender la polémica del voto postal en Estados Unidos.
Frente a la perspectiva de un mayor número de votantes por correo debido a la pandemia de Covid-19, el presidente Trump ha sugerido, será la elección más corrupta de la historia, al punto de expresar su deseo de retrasar la elección hasta que la pandemia se haya mitigado."Elección amañada de 2020: millones de boletas por correo serán impresas por países extranjeros y otros. ¡Será el escándalo de nuestros tiempos!", expresó el mandatario estadounidense en su cuenta de Twitter el 22 de junio, pese a la opinión de expertos de distintos medios de aquel país, quienes han señalado, el riesgo de fraude en el voto por correo es mínimo.
Las leyes estadounidenses contemplan el voto por correo para algunos escenarios específicos, pero con la Covid-19 muchos estados comenzaron a cambiar sus políticas al respecto. A mediados de agosto, los estados con políticas más expansivas como California, Colorado, Hawái, Oregón, Utah, Vermont y Washington, más el Distrito de Columbia decidieron enviar a todos sus ciudadanos las boletas electorales, sin necesidad de realizar algún trámite.
Por otro lado, en estados como Texas, Mississippi y Missouri las boletas por correo estarán reservadas sólo para quienes demuestren encontrarse en una de las situaciones contempladas por el gobierno, como lo sería estar fuera del estado el día de la elección, servir de jurado, padecer alguna discapacidad, pertenecer a la tercera edad, o estar en prisión. Muchos otros estados se encuentran en un punto medio, donde los ciudadanos podrán votar por correo sí piden por adelantado su boleta, aunque sin la necesidad de justificar su pedido o bien con la justificación del riesgo de la Covid-19.
Mientras tanto, el Servicio Postal de Estados Unidos (USPS) se encuentra bajo una "reestructuración", sometido a varios cambios bajo la administración de su nuevo director general Louis DeJoy, designado en mayo de 2020. DeJoy es un empresario de Carolina del Norte con un papel prolífico como recaudador de fondos para la campaña de Donald Trump. Las nuevas políticas de DeJoy –entre ellas, la ralentización de la entrega, reducción de horas operativas en varios estados, el desplazamiento de ejecutivos encargados de las operaciones diarias, y la advertencia de no mover las boletas automáticamente como correo prioritario–, asegura el partido demócrata, se llevan a cabo a manera de sabotaje deliberado al voto por correo.
Ante tal controversia, DeJoy anunció el 18 de agosto a través de un comunicado de USPS, que pausaría algunas de sus iniciativas "para evitar incluso la apariencia de algún impacto en el correo electoral". No obstante, la lista de iniciativas a suspender no incluye recortes al transporte responsable de retraso y fallas en la entrega, así como los cambios respecto al manejo del correo electoral.
La difícil situación de USPS con DeJoy al frente viene a empeorar 13 años consecutivos, en los cuales ha operado con pérdidas. Para hacer frente al reto de la pandemia y de la elección presidencial, los demócratas en el Congreso estadounidense han tratado de enviar al servicio postal, hasta ahora sin éxito, 25 mil millones de dólares, por la crisis del coronavirus, y 3.6 mil millones como fondos para la elección. El presidente Trump ha dicho al respecto: "Si no obtienen esos dos elementos, significa que no puede tener votación universal por correo", reportan medios estadounidenses.
Con este polémico panorama para el voto postal en Estados Unidos, especialistas esperan una difícil elección para aquel país, con una alta posibilidad de litigios y demandas de recuento provenientes de ambos partidos.
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